Como olvidar la primera vez que vio a Jimin, todo su cuerpo actuó con instinto puro y salvaje, impulsado por una ira ciega que le exigía matar al León que asesino a sangre fría a su pareja. Hoy, después de todo lo que pasaron juntos, sabe que no hubiera sido capaz de matar al Omega, no solo porque este fuera más fuerte y mejor experimentado, la razón principal es que él no era así, ni un guerrero u asesino.
Pero el destino los había vuelto a enfrentar, esta vez era Jimin quien estaba poseído por una fuerza de venganza destructiva, implacable y feroz, que no dudaría en acabar con la vida de Jungkook. Perdería, era un hecho tan irrefutable que cualquiera hubiera retrocedido en su lugar.
Joon se abalanzo implacable a su posición, confiándose en su fuerza no se paró a pensar por qué su contrincante lo miraba sereno, cómo si tuviera un plan, allí impasible en la misma posición cuando debería estar envuelto en la desesperación. Sus instintos primarios solo lo llevaron a sacar las garras y atacar, siendo repelido antes de tocar a Jungkook, por una clase de barrera invisible.
El impuro gruño, tratando de recomponerse, no se dejaría vencer por unos trucos de magia, Joon también fue Cháman, aunque ya no tuviera su don, podía recordar los patrones de las runas y la energía que se necesitaba para cada hechizo. Por lo que se volvió a lanzar enseguida, porque una barrera demoraba en canalizarse 60 segundos, tiempo suficiente.
Jungkook trato de esquivarlo esta vez, mientras se concentraba en otro hechizo, podía guiarse de acuerdo a las runas del campo de batalla, leerlas y agruparlas le daban pistas de su funcionamiento, solo debía conjurarlo. La pelea se desarrolló en ese patrón, mientras la barrera estaba funcionando, el doméstico buscaría más información, trazando una estrategia que desgraciadamente terminaría con la vida de Jimin.
Mientras Joon acechaba en círculos alrededor de su rival, esperando el momento para abalanzarse, en donde por 60 segundos contaría con 30 intentos, de los cuales más de la mitad acertaban en partes vitales. Su primer ataque fue embestir por la derecha para hacerle perder el equilibrio, dejando expuestos sus flancos en donde arremetería con colmillos y garras. A la siguiente oportunidad ataco de frente cambiando su objetivo debilitar las extremidades de Jungkook, irguiendo su cuerpo para soltarle una serie de zarpazos que obligo al domesticó a defender y responder con sus propias patas, recibiendo más daño del que causo.
Cada minuto que pasaba era peor, el cuerpo del León parecía más lento, sus reflejos fallaban, siendo inmediatamente castigado por el potente ataque del Omega. Era un estado crítico, donde el Alfa se estaba debilitando poco a poco, producto de los profundos rasguños donde copiosa su sangre se derramaba.
Fuera del círculo mágico, todos los felinos fueron relegados a simples espectadores, esperando por una resolución, donde cantarían victoria o tendría que seguir luchando –Chanmi, levántate, necesito tu ayuda- Taehyung se irguió con dificultad, su voz un débil y tembloroso susurro, sintiendo su cuerpo maltratado y débil, cómo si ya no pudiera dar más de sí mismo.
-No puedo tío Tae, no tengo ni fuerzas para sostenerme- Jadeo con dificultad, sintiendo cada fibra de su ser pulsar de dolor, sus huesos eran de gelatina y su cabeza parecía estar en una lucha personal donde el claro vencedor era el chirriante pitido que resonaba en sus tímpanos.
-Debemos salvar a Jimin, poner todo nuestro esfuerzo hasta desfallecer- La Leona lo deseaba, haría cualquier cosa para ayudar a su mejor amigo, pero era tal su cansancio que la llama de lucha en su interior se encontraba extinta.
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El Rugido Salvaje[1] /Kookmin (Omegaverse)
FanfictionLa ilusión de una vida perfecta, la añoranza de compartirla con tu alma gemela; el abrupto rugido que te lo arrebata todo. Jungkook solo queria sentirse salvaje y vivo esa noche. Pareja principal: Kookmin Pareja Secundaria: TaeGi - NamJin - 2Seok