Cediendo

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Despertó completamente desorientado, mirando extrañado de nuevo aquellos estampados animales, todo seguía siendo real, no un mal sueño pero esta vez no se sentía asustado, ni totalmente desesperanzado, parecía que su León recupero las ganas de seguir viviendo y no quería pensar que la posibilidad fuera haber copulado con ese salvaje, debería sentirse sucio y utilizado, no renovado y entusiasta, esto debía ser ese mal de Estocolmo, enamorarse de tu secuestrado o algo así había oído.


Sungjung era el interesado en psicología, su sueño frustrado, a él no le importaban esos datos de la psique, lo suyo eran las ciencias exactas, entonces podía darle alguna explicación racional a su dualidad, claro que sí, una genética, ambos como leones eran compatibles, una buena distracción solo le subió el ánimo, así de sencillo eran los Alfas. Aún estaba prisionero y debía cumplir una condena, sus días eran grises de ahora en adelante pero si el sexo era así de bueno tendría una motivación por pequeña y retorcida que fuera, hasta salir de aquella tortura.


Salió de la tienda, dispuesto a comer carne sanguinolenta porque estaba muriendo de hambre y ya no podía seguir de quisquilloso. También dejo que su pelaje animal cubriera sus partes íntimas, imitando la forma de protegerse del grupo, ya que no quería verse fuera de lugar con una piel cubriéndolo, vaya al parecer follarse a un león de verdad había hecho maravillas en él, se sentía un poco más conectado con su animal.


Una gran fogata ardía al lado de la tienda, cocinando sobre una estructura simple de metal, que costaba solo de unos pinchos clavado en la tierra, que atravesaban grandes pedazos de carne. El olor hizo rugir con ganas el estómago del hambriento Alfa, un sentimiento de alivio libero su pecho.


-Creo que ya está lista- Rodeando el fuego apareció la siempre impactante figura de su verdugo, torneado y suave, tentando a cualquier ser vivo a lamer las gotas de sudor que bajaban lento por el esculpido abdomen. Ambas miradas se encontraron, irradiando un fuego más abrasador que el de la fogata, recordándole al Alfa los placenteros momentos que lo tuvo debajo, en su completo control -Puedes comer la que quieras porque necesitaras mucha energía para esta noche.


Aquella propuesta removió algo en su interior, sin querer libero las típicas feromonas de excitación, avergonzándose por encontrarse deseando un nuevo encuentro sexual. El omega se sorprendió por la reacción, además era grato ver que el doméstico había adoptado la apariencia semi-animal de los leones. Una sonrisa sincera se dibujó en su rostro, complacido por las nuevas actitudes del Alfa, se le notaba en la postura más relajada y en la mirada, donde Jungkook por primera vez no encontró rechazo.


-Gracias- Atinó a formular la palabra, sintiendo el pecho vibrando, por el suave aleteo nervioso de su corazón y las extrañas burbujas que explotaban removiendo sus jugos gástricos, no sabía si de hambre o necesidad.


Mientras devoraba con ganas las piezas de una cebra, se replanteó todas sus explicaciones lógicas, recurriendo a que todo lo que estaba sintiendo era producto de una demencia total y se quedó tranquilo, simplemente había perdido la cordura, todo estaba bien.


-Hey Jimin- Se acercó a la tienda la siempre vibrante Chanmi -Los grupos de caza se decidirán esta noche y todas nos estábamos preguntando si asistirás- El omega parecía bastante distraído, apenas le dedico una mirada.


-Claro que iré, soy el jefe, ustedes lo harán mal y seguro me pondrán en casi todas las rondas, como siempre- Refunfuño molesto, siempre le daban más carga si podían, aunque ya no tenían porque no vivía en la tienda de su hermano, así que ya no era un impedimento para que copularan a plenitud.


-Bueno como te vi tan ocupado con tu Alfa- Eso lo hizo despertar de repente, mirando irritado la torcida sonrisa de la hembra.


-¡¿Espera me viste?!- No era raro ver a otras parejas pero le daba algo de pena, debio hacerlo dentro de la tienda pero la calentura le gano, nublo su buen juicio y se dejó subyugar por esa mala broma de Alfa.


-Fue por accidente- Se defendió de una pero la sonrisa divertida no le daba credibilidad.


-No te creo nada- Gruño mirando a lo lejos al civilizado, comiendo de forma rara, no desgarraba como un león normal, parecía usar más sus manos, que curioso. Chanmi sonrió enternecida, ya Jimin no podía quitarle los ojos de encima al Alfa.


-Bueno, ya que fuiste reclamado es obvio que lo presentaras en la reunión de esta noche, todos quieren conocer al nuevo miembro, el domador de la fiera de la sabana- Aunque la omega no lo decía con malas intenciones, él si las veía.


-Claro que todos quieren conocer a ese doméstico, para burlarse de mí, seguro todos esos heridos egos de Alfa querrán retarlo para humillarme a mí indirectamente- Chanmi rodo los ojos.


-Ahora tienes una pareja, debes dejar de ser un cachorro caprichoso que solo piensa en él, como tu nuevo Alfa debe ser presentado con el debido respeto y si te molesta pensar que le darán una paliza, entrénalo- Jimin estaba sufriendo un tic nervioso, impropio en él, pero es que Chanmi le estaba dando órdenes, nadie lo mandaba, en nada.


-No es mi Alfa, no se quedara más de un ciclo lunar, porque no lo soportare más que eso- La leona suspiro exasperada, esperaba que ese cachorro testarudo madurara, pero al parecer al Alfa le quedaba todo un camino por delante de arduo trabajo.


-Pues por el mucho o poco tiempo que se quede, si no quieres que te siga avergonzando, entrénalo- Jimin acepto que era un buen plan, pero no lo diría en voz alta.


-Bien, entonces no iré a la reunión de esta noche, cúbreme y dame solo pocos turnos, igual tengo suplida mi deuda de comida con el grupo así que no creo que se quejen del tiempo que pido para pasar con mi nueva pareja- Su cara se deformo en una mueca de desagrado, entrenar a un civilizado sería todo un suplicio y él no era bueno enseñando, poca paciencia solo era uno de sus muchos defectos.


-De acuerdo, yo me encargo- Al menos la tranquilizaba que el león de Jimin evitara que este cometiera homicidio contra el forastero -Que el gran astro te ayude a cumplir tu cometido- Deseo suerte a su manera y se dirigió fuera del territorio.


Jimin también camino lejos de su tienda, en busca del equipo pertinente para efectuar sus clases, no le aviso al Alfa, porque no le daba explicaciones a nadie y no quería hablarle, porque eso llevaría a que se conocieran y el omega no quería ni saber el nombre de ese doméstico.


CONTINUARÁ

El Rugido Salvaje[1] /Kookmin (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora