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Respiro hondo y me apoyo en la barandilla del mirador desde donde se ve el amanecer en Portland.
Mañana me voy a la universidad. Estoy nerviosa por ir y triste a la vez.
Mi tristeza se debe a que dejaré de ver a cierto chico guapísimo de ojos grises y penetrantes y sonrisa seductora.
Christian.
Gracias a él he pasado los mejores días de mi vida. He disfrutado como nunca.
Llevaba tanto tiempo al cuidado de mi padre que se me había olvidado lo que era salir y divertirme... Enamorarme.
Sí, enamorarme, porque me he enamorado de él.
Ayer pasamos el día juntos, como todos los días desde que nos conocimos, me dijo una y otra vez que le gusto mucho y que no quiere separase de mí. Hablamos de su sueño de montar su empresa de Fusión y Adquisición, por como habla y las ideas que tiene sé que llegará lejos, y por eso es que estoy decidida a hacer lo que tengo en mente y más después de lo que me contó.

Flashback.

—Christian, ¿Por qué no hablas con tus padres para que te presten el dinero para tu negocio?
El niega con la cabeza.

—Mi padre esta furioso conmigo, Ana. Apenas me habla y mi madre está muy decepcionada. Me han dicho que si no vuelvo a la universidad que me olvide de su apoyo económico.—me besa y huele mi pelo.—.Me da igual, nena. No necesito su dinero...—se queda pensativo y su mirada se ensombrece.

—¿Qué pasa?—le pregunto rápidamente.
Él niega.—.Dímelo, Christian, por favor.
Suspira.

—Antes de venir aquí, la señora Lincoln me llamó y me dijo que ella me prestaba el dinero, que veía en mí mucho potencial y que le gustaría ayudarme.—contengo el aire.
¿La señora Lincoln?
—¿Qué sabes del Sadomasoquismo?—abro mucho los ojos. Lo poco que sé no me gusta nada.
Me acurruca en su regazo mientras me acaricia y me besa el pelo. Estoy muy cómoda.
—Te contaré una historia. Cuando tenia quince años la señora Lincoln, una amiga de mi madre, me sedujo, me ahorraré los detalles Ana porque no son muy agradables. Me sedujo y estuvimos un tiempo acostándonos juntos a escondidas de su marido y de todos, ella quería introducirme en el mundo del sadomasoquismo, pero a mi ese tema no me llamaba la atención. Yo solo era un adolescente hormonal y cachondo, lo único que quería era follarmela de todas las maneras que se me ocurriesen.—oh, Dios mío.—Con el tiempo ella insistía más y más y yo me cansé de eso y lo dejamos. Pero ella sigue insistiendo que eso es lo que me conviene y no pierde la oportunidad de proponerlo. Cuando se enteró de que había dejado Harvad vino a casa de mis padres y me ofreció darme él dinero para formar mi empresa a cambio de que fuera su sumiso.—dice con asco.
Siento la bilis subir por mi garganta.
Por Dios, con quince años.
Es increíble.
Me acaricia la mejilla y me mira con sus ojos brillantes.
Qué guapo es.

—¿Cuánto dinero necesitas para formar tu empresa? ¿Tienes ya pensado como se va a llamar?—le digo para cambiar de tema.
Estoy en shock por lo que me ha dicho.
Él sonríe mas relajado y me cuenta sus proyectos. Le escucho embelesada. Y me relajo en sus brazos.
Grey Entrerprises Holding.
Me gusta.

Fin del flashback.

Siento unos brazos fuertes rodear mi cintura y una fuerte electricidad recorre mi cuerpo.
Mi cuerpo reacciona ante su presencia, es algo insólito.
Sonrío.

—Buenos días, preciosa.—me besa debajo de la oreja haciéndome estremecer.—Tenia muchas ganas de verte.—inclino la cabeza para darle acceso a mi cuello y deja un reguero de suaves besos.

—Buenos días, nene.—me giro entre sus brazos y le rodeo en cuello con mis manos acariciando el nacimiento de su pelo.
Él cierra los ojos los ojos y respira hondo.
Beso su boca suavemente y la comisura de sus labios y sus pómulos. Su aroma invade mis sentidos. Ropa limpia, menta...Oh, me encanta.
Me lo comería a besos.

Mi gran Amor, Grey.#PremiosObsesiónGrey2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora