Mi gran Amor, Grey.#PremiosObsesiónGrey2018

28

Despierto aturdida de un sueño. El corazón me bombea con fuerza. Trago saliva para deshacer el nudo de mi garganta pero no funciona.

—Eh, nena. ¿Que ocurre?—me pregunta Christian adormilado. Niego.

—Nada. Solo es un mal sueño.—me rodea con sus brazos y me atrae hacía él abrazándome fuerte.

—Yo te protejo, nena.—baja la cabeza y besa mis labios. Me acurruco en su pecho rodeada de sus fuertes brazos hasta que alguien toca la puerta de nuestra habitación.

—Señor.—es Sawers. Miro a Christian que frunce el ceño.

—Adelante Luke.—se incorpora un poco y nos tapa bien con la colcha.

—Siento mucho la interrupción, señor. Señora. Buenos días.

—Buenos días, Luke.—le sonrío amable.

—Bueno días, Luke. Más te vale que sea importante.—le dice Christian burlón.

—Es Welch, señor.—tiene el teléfono en la mano.—Dice que es urgente.—Christian asiente.

—Dile que en una hora voy a la oficina. Le veré allí.—Luke asiente y sale rápidamente por la puerta. Me incorporo y la sábana cae hasta mis caderas. Miro a mi marido inquisitiva.

—¿Que será tan importante, mi amor?.—el me recorre el cuerpo con la mirada lamiéndose los labios. Alarga la mano y acaricia mi mejilla bajando por mi cuello y el esternón hasta mis pecho. Coge entre sus dedos uno de mis pezones y lo retuerce placenteramente. Su mirada oscura y seria me penetra el vientre instalando un pellizco placentero en él.
Me muerdo el labio y él se incorpora de un salto y me sienta a horcajadas encina de él agarrándome fuerte del culo. Enreda los dedos en mi pelo y me besa con fuerza despertando algo oscuro en mi interior. Baja la mano hasta mi sexo e introduce un dedo en mi interior. Suspira maravillado.

—Esto te pone mucho.—no es una pregunta. Sabe que me encanta su lado dominante. Me levanta de las caderas y me baja con fuerza colmándome de él por completo. Suelto el aire de golpe con un gemido ahogado.
Coge uno de mis pezones lo chupa y tira de él con los dientes. Con fuerza.

—Ah.—grito. El dolor de mí pezón se transforma en placer en mi sexo. Me da un azote en el culo fuerte.

—Silencio.—dice en voz baja y amenazante con una mirada de hielo que hace que me hierva la sangre. Sí, esto me pone. Me pone que haga conmigo lo que quiera. Me pone cuando es duro, dominante y posesivo conmigo.
Mi hombre salvaje y peligroso.—Muévete.—me ordena con la voz ronquísima. Me agarro a sus hombros y le monto mientras él me besa el cuello y muerde el lóbulo de mi oreja. Vuelve a azotarme el culo y mi gemido recorre toda nuestra habitación.—Ssí.—sisea. Sube las manos por mi costado y me coge las muñecas poniéndomelas detrás de mi espalda a la altura de mis caderas. Las aprieta con fuerza y me mueve haciendo que cabalgue más rápido encima de él.—Sí, nena.—atrapa uno de mis pezones con la boca y lo chupa haciéndome gritar desencadenando un orgasmo que arrastra con todo a su paso. Me da otro azote con fuerza y con un alarido se corre con violencia dentro de mí.
Me abraza muy fuerte y caemos desplomados en la cama con la respiración y el cuerpo agitados. Madre mía.
Me levanta la barbilla con cariño y sus ojos se fijan en mí brillantes y rebosantes de amor.

—El sexo contigo es extraordinario.—dice bajito con reverencia y me da un tierno beso en los labios.—Eso es porqué tu eres extraordinaria.—un ridícula sonrisa se instala en mis labios y el corazón me rebosa de amor por él.

—Aprendí con el mejor de los maestros.—sonríe con malicia y me abraza más fuerte.

—Y eso significa que eres solo mía.—me besa con posesión.—Siempre.
Vuelve a besarme y me coge en brazos. Me deja en el mármol del lavamanos mientras él abre la ducha y prepara los albornoces en el toallero eléctrico. Vuelve a cogerme en brazos y nos mete a ambos en la ducha. Me deja en el suelo con ternura, coge el champú del pelo y me mira.