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Respiro hondo antes de entrar en el imponente hall de Runway.  Hace un bastante que no vengo por aquí. Todo lo hablo con Miranda por  teléfono y ella está haciendo un gran trabajo. Pero de un tiempo aquí esto se ha descontrolado un poco debido a dos personas que se creen que  son las dueñas del lugar y es hora de ponerle fin a esta situación.
Christian aprieta mi mano y me besa el pelo.

—Yo estoy contigo, nena.—me dice bajito.
Respiro hondo.
Entro con decisión haciendo sonar bien fuerte mis tacones. Las recepcionistas se yerguen inmediatamente.

—Buenos días, señorita Steele. Señor Grey.—para nadie es un secreto que Christian es mi novio, pero nadie sabe que es mi marido.

—Buenos días, Cloe, Mariam.—les saludo educadamente.—.Me alegro de veros.
Ambas sonríen amables.—.Y ya no es señorita.—levanto mi mano izquierda y ambas asienten apenadas.

—Lo siento mucho, señora Grey.—niego con una sonrisa.

—Enhorabuena por su matrimonio, señores Grey.

—Gracias.—Christian me rodea la cintura y me besa el pelo.—.Vamos a subir, Cloe.

—Por su puesto, señora Grey.—he de reconocer que me siento poderosa cuando me llaman así.
Río para mis adentros.
Entro en el ascensor y subo a la planta veintisiete, donde están las oficinas de la presidencia de Runway.
Christian me atrae a él y me besa los labios.

—¿Quieres que vayamos después a comer a tu restaurante favorito?—sonrío.

—Claro,  después de esto, soy toda tuya.—me aprieta más contra él y me dedica  esa sonrisa arrebatadora suya de medio lado que le da ese aire malicioso  y excitante.

—Eres mía siempre, nena.—dice cerca de mis labios y sin poder contenerme le rodeo el cuello y le atraigo a mí para besarle. Besarle de verdad. Baja las manos por mi cuerpo acariciándome por encima de la ropa.
Muerdo su labio suavemente y gime bajito en mi boca haciendo que retumbe por todo mi cuerpo.
"PING"
La llegada del ascensor interrumpe nuestra aura de deseo y volvemos al presente. Christian me mantiene pegada a él y acaricia mi labio con su pulgar suavemente.

—Haces que me olvide de todo.—dice maravillado mientras me mira con los ojos  rebosantes de amor y deseo.—.Te amo más que nada, cariño.—me da un breve  beso.—.No lo olvides.
Asiento.

—Yo también, Christian.—sonríe tímidamente.
Carraspeo un poco y me aliso la ropa antes de entrar en hall de mi planta donde Steve, el asistente personal de la planta de presidencia nos recibe.

—Buenos días, señorita Steele, señor.—nos sonríe.

—Buenos días Steve, te presento a mi marido, Christian Grey.
Se estrechan la mano.

—Es un placer señor Grey, estoy a su servicio.—le dice con educación.

—Gracias.

—Ana.—Kate viene con una gran sonrisa y me abraza.—.Hola, Christian.— le abraza.—.¿Cómo estás?—mi marido se encoge de hombros.
—Christian... Elliot está destrozado y...—Christian la corta.

—Kate, no quiero saber nada de mi hermano. Te agradecería que no lo  menciones.—le dice frío y distante. Ella asiente resignada y alicaída.
—Lo siento, Kate, no quería hacerte sentir mal, pero entiende que ahora mismo estoy... Por ahora no quiero verle.—ella asiente triste y él le acaricia el brazo.

—Buenos días, Anastasia.—me dice Miranda.

—Buenos días.—nos damos dos besos.—.Christian, ella es Miranda Hope, vice-presidenta de Runway. Él es Christian Grey, mi marido.—Miranda me mira sorprendida.

Mi gran Amor, Grey.#PremiosObsesiónGrey2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora