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Abro lentamente los ojos y el sonido relajante de la lluvia me llena la mente de paz y tranquilidad. El sol de Miami  esta muy bien, pero echaba de menos estar en casa. Miro a mi alrededor.  Mi habitación, mi casa. Respiro hondo. Me siento bien. Poco a poco vuelvo a ser yo. Con mis renovadas ganas de vivir, de trabajar, de hacer  ejercicio...Sonrío. Es una sensación muy agradable.
Ayer volvimos a Seattle,  el doctor me dio el alta y solo tengo que hacerme algunos análisis  mensuales y seguir un tratamiento de unas vitaminas. Por lo demás estoy  de maravilla y puedo volver a mi vida normal. Magnifico.

—Que  bonita sonrisa.—ronronea mi marido a mi lado. Sonrío más.—No sabe lo contento que estoy de tenerla de vuelta en casa, señora Grey.
Me pongo de lado para mirarle.

—Tú eres mi hogar, Christian. Donde tú estés, estaré en casa.—me acerco y le beso. Ha estado muy pensativo. Y creo saber cual es el motivo.

Flashback.

—¿De verdad que no puedes quedarte, mamá?

—Tengo unos negocios que supervisar en Londres, pero en cuanto termine iré a verte. Lo prometo. Te llamaré todos los días, cielo. No voy a separarme de ti ahora que te he recuperado.—ella me abraza.—Te quiero mucho, cielo.

—Yo también, mamá. Que tengas un buen vuelo.

—Hasta pronto, Christian. Cuidaos mucho.—le da un abrazo.

—Descuida, Dianne. Tienes las puertas de nuestra casa abiertas para cuando quieras.—veo una sonrisa deslumbrante y agradecida de mamá.

—Gracias, Christian, eres un buen hombre.

Christian me rodea con el brazo mientras veo a mamá subir a su jet. Me entristece que se vaya.

—Volverá, nena. Ya verás.—asiento.—Si lo prefieres, puedes irte con ella y pasar unos días en Londres. Yo te esperaré en casa.—me separo de él y lo miro fijamente. ¿Habla en serio?—Acabas de recuperar a tu madre, entiendo que quieras pasar tiempo con ella.
En sus labios se dibuja forzadamente una sonrisa.

—Mi  amor, estoy muy contenta de haber recuperado a mi madre y la echaré de  menos pero...mi familia eres tú...—sus ojos se iluminan.—No iré a ningún  sitio sin ti, Christian.  Te seguiré donde vayas, ¿recuerdas? —Sonríe deslumbrante.—Llévame a  casa, por favor.—sonríe y me rodea los hombros con el brazo pegándome a  él.
Le amo más que a mi propia vida. Jamás le dejaré.

Fin Flashback.

—¿Sabes que te amo más que nada en este mundo?—le digo en los labios mientras le acaricio la cara. Vuelvo a besarle y bajo la mano por su pecho, sus  abdominales bien marcados, su ombligo y oh...él ahoga un jadeo cuando  cojo su firme erección y la masajeo lentamente.

—Oh, Ana...—gime hechando la cabeza hacía atrás perdido en mis atenciones.
Dios,  me encanta verlo así, rendido, subyugado a mí...De un rápido movimiento  me coloco a horcajadas encima de él y me alzo para posicionar su  erección en mi entrada bajo su atenta mirada de lujuria.
—Dios,  Ana.—gime cuando me hundo en él lentamente, tan lentamente, que es casi  una tortura. Apoyo las manos en su pecho y le monto despacio. Con un  ritmo lascivo y sensual.
Cierro los ojos y me dejo llevar.
Oh, sí.
—Ana, mi Ana.—bajo la mirada hacia él que me observa absorto, embelesado...
De  un salto se levanta y se sienta, rodea mi cara con ambas manos.—Te  amo.—cierro los ojos y dejo que sus palabras se absorban en mi mente con  un agónico gemido.
Sus labios se ciernen sobre los míos mientras entro y salgo de él llevándole y llevándome a la cúspide del más inmenso y extasiante placer.
Nos derrumbamos en la cama abrazados, sin romper nuestra placentera conexión mientras nuestras respiraciones se normalizan.

Mi gran Amor, Grey.#PremiosObsesiónGrey2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora