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Me retuerzo los dedos una y otra vez. El olor a lejía invade mis sentidos y me da dolor de cabeza. La sala de espera de la cárcel no es sitio donde uno se sienta precisamente cómodo.

—Tranquila, nena.—Christian coge mi mano y la besa.—Todo saldrá bien.—asiento. Le miro de reojo.
Que guapo está.
Lleva una camisa blanca de Tommy Hilfiger, unos vaqueros gris que le sientan de muerte y unas zapatillas blancas Adidas.

Lleva una camisa blanca de Tommy Hilfiger, unos vaqueros gris que le sientan de muerte y unas zapatillas blancas Adidas

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El pelo alborotado hacía el lado muy sexy y se ha afeitado. Es guapísimo.
Me miro las manos y sonrío al recordar lo atento y cariñoso que fue ayer conmigo.
Hablamos de mis años de carrera. Tengo una carrera de Administración de Empresas y un máster de Asesor de Diseño. Me emocionó mucho saber que trabajo en Runway. La verdad es que ese trabajo va mucho más conmigo. Ahora entiendo por qué me gusta tanto la moda. Christian dice que al final terminé contagiándoselo a él y ambos nos perdemos yendo de compras. Compartimos muchos gustos y valores. Él me dijo que yo he sido su mayor apoyo cuando sus padres le dieron de lado. Que le ayude en todo y pudo sacar su negocio a flote. Me alegré mucho al oír eso. Me gusta verlo feliz. Me dijo que iríamos a Portland a visitar mi antigua casa y también a la universidad, para ver si más recuerdos afloran. Me siento tan a gusto con él. Tan amada. Cuando volvimos al hotel hicimos el amor tan lentamente que creí que me partiría en dos. El corazón me late tan rápido cuando me toca que creo que saldré volando en cualquier momento. Despierta en mí tantos sentimientos que me da miedo la rapidez con la que mi corazón se abre a él.
Pone su mano en mi rodilla y el corazón se me acelera. Sus besos y sus caricias despiertan tantas cosas en mí. El sexo con el ha sido extraordinario. Sonrío. Por decir algo, porque no hay palabras que describan lo que él me ha hecho sentir en sus brazos.

—¿Porqué sonríes, nena?—me pregunta en voz baja y su mano busca la mía y la besa. Le miro a sus ojos y el corazón se me para cuando sonríe con esa preciosa sonrisa perfecta. Miro su mano y su alianza. ¿Donde estará la mía?
¿Y mi anillo de compromiso? Suspiro.
—Ven aquí cariño.—tira de suavemente de mi muñeca y me sienta en su regazo.—Haber.—me rodea la cintura y me besa los labios.—¿Que te ocurre?—me pregunta con ternura.
Suspiro.

—Todavía tengo muchas lagunas, Christian. Y muchísimos sentimientos encontrados con lo que yo creía y lo que es. Hace nada era otra persona, otro nombre, otra profesión...no tenia amigos y mucho menos...—le miro. Él ha sido toda una sorpresa.—Y mucho menos estar casada con alguien como tu.—frunce el ceño.

—¿Alguien como yo?—sonrío.

—Alguien tan guapo y sexy y...romántico y...
Estampa sus labios con los míos. Abro la boca para respirar y él mete la lengua en mi boca saboreándola. Oh, que bien besa.
Iría al infierno por esta boca perfecta cincelada a mano. Me separo de él y acaricio su preciosa cara mientras nos miramos a los ojos.
—¿Cómo era nuestro matrimonio? ¿Nos llevábamos bien? ¿Como nos casamos? ¿Y mis anillos?—sonríe y suspira aliviado.

Mi gran Amor, Grey.#PremiosObsesiónGrey2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora