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Cierro los ojos y me dejo llevar por el sonido relajante de las suaves olas del mar y el suave y revitalizante sol de Miami.
Me siento más fuerte, más optimista y mucho mejor. El doctor Bequet me ha dado muy buenas esperanzas de recuperarme cien por cien de los efectos de la toxina Botulínica. Al ser ingerida sus efectos son más retardantes que si hubiese sido inyectada por sangre que es lo que pretendían hacer en el hospital.
Me estremezco al pensarlo.
Llevo dos días con drenajes de sangre y oxígeno y gracias a Dios me siento más fuerte, más vital.
Miro al lado a mi madre tumbada en la tumbona con  un elegante bañador negro y una bonita pamela de esparto. Hemos hablado  mucho y he decidido perdonarla y empezar de cero. Estos días se ha comportado maravillosamente conmigo, es buena, atenta y muy cariñosa.

Flashback.
"—Cariño, ¿Cómo te sientes?

—Bien, mamá. Gracias por traerme aquí y ayudarme con todo.—sonríe.

—No cielo, no me des las gracias. Es mi deber, es lo que debí hacer hace mucho tiempo. Espero que algún día puedas perdonarme.

—Mamá, ¿porqué te fuiste? ¿Porqué nunca me buscaste?—se mira las manos.

—Yo,  tuve una mala infancia, Ana. Me crié sin padres, de una casa de acogida  a otra, cuando por fin me adoptaron y parecía que iba a tener algo de  estabilidad, mi madre adoptiva, murió de cancer un año después. Mi padre adoptivo caió  en el alcohol, se drogaba y...me pegaba y violaba.—oh, Dios mío.—Pasé  tanto, cielo...Lo pasé tan mal...Me propuse salir adelante y convertirme  en una gran psiquiatra. Salir de la pobreza. Ser psiquiatra, siempre  fue mi sueño. Desde pequeña. Llevaba años estudiando para eso. Cuando  conocí a tu padre, los dos estábamos muy enamorados...pero también  éramos muy jóvenes. Cuando supe que estaba embarazada estaba aterrada.  No había terminado mis estudios y tu padre trabajaba día y noche. Los  hoteles lo tenían siempre viajando y yo... Me sentía sola y asustada...  Fui una cobarde, Ana. Cogí la salida fácil. Pero desde el primer momento  que salí por la puerta me arrepentí de dejarte. Volví por ti...muchas  veces. Te veía tan bien con Ray. Era un padre maravilloso. Nunca dudé de  él. Se veía que te adoraba. Yo ya sobraba...me había sentenciado el día  que te abandoné. Estabas mejor sin mí. Me volqué en el trabajo y en ser  alguien importante, me apunté a organizaciones de madres con problemas y  ayude a muchas mujeres con problemas como los míos. Siempre supe de ti,  cielo. El día que murió Ray me contuve mucho para no ir a abrazarte.  Estuve el día de tu graduación...—saca de su bolso una pequeña agenda de  fotos mías de estos años atrás. Oh. Me seco las lágrimas con el dorso  de la mano. Hay un verdadero repertorio de fotos mías.
—Te he querido  siempre, Ana. Pero no era capaz de presentarme ante ti y mirarte a la  cara después de haberte hecho tanto daño. Y doy gracias a Dios porque  tuvieras un gran padre como Ray porqué ha hecho una maravillosa persona  de ti.—la abrazo fuerte, no quiero perderla, la quiero.—Perdóname, mi  niña. Perdóname. Te juro por lo más sagrado que jamás volveré a huir. Te quiero mucho.—sollozo en su cuello.

—Yo también, mamá. No vuelvas a dejarme, por favor.—niega.

—No, cielo, jamás. Te lo prometo."

Fin Flashback.

—Cielo, ¿te apetece algo de beber?—mi madre me saca de mis pensamientos.

—No, gracias. Esperaré a la comida.—sonrío.

—Pues yo necesito un coctel, cielo. Ahora vuelvo.—me besa el pelo y suelta una risilla un tanto pícara.
Vuelvo a centrarme en mi dosis reparadora de vitamina UV.

—¿Quiere que le ponga crema, señora Grey?—me levanto de golpe.
Christian.
Le rodeo el cuello con los brazos y el me levanta.
—Christian.—sollozo en su cuello.

Mi gran Amor, Grey.#PremiosObsesiónGrey2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora