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Abro los ojos rápidamente al sentir un mala sensación. Estoy sudada y me cuesta respirar.
Solo ha sido un mal sueño.
Respiro hondo e intento calmarme antes de que mi sobreprotector marido me vea mal y le de un infarto.
Sonrío.
Christian  no bromea en lo que a mi seguridad y bienestar se refiere. Eso es como una religión para él. Y me encanta. Por muy mal que se pongan las cosas  siempre sé que él hará hasta lo imposible por mantenerme segura y protegida. Tengo miedo de que ahora que Carla y Leila saben que es mi marido le hagan algo. Este tiempo hemos intentado pasar desapercibidos  para gente como ellas pero ya no hay nada que ocultar. Es cuestión de  tiempo que todo el mundo sepa que nos hemos casado.
Miro el reloj de la mesita. Las 06:30.
Voy a correr.
Me levanto con cuidado para no despertar a Christian y me visto con unos short negros y una camiseta blanca de deporte.
Le doy un rápido beso a mi hombre y me voy.

Entro en la sala del gimnasio y me pongo música en el iPod. Me subo en la cinta de cara al ventanal con la increíble vista del Sound a primera hora.
Empiezo con un trote suave y aumento la intensidad cada minuto hasta que cojo mi ritmo habitual de carrera.
Pienso en el día que tengo. Una reunión en Runway para la edición y maquetación del nuevo número y Kate me mandó un mensaje anoche para comer. Seguramente quiere hablar de la situación tan mala que estamos teniendo. Christian no me ha dicho nada pero sé que está fatal por lo de Elliot, eso sumado a que ha desvinculado a su padre de su empresa y finiquitado todos los negocios que tenía con él.
Se pondrá hecho una fiera, lo sé. Todavía me hierve la sangre al recordar como nos trató el día que fuimos a su casa. Dice que somos unas cazafortunas. Ja.
¿Y qué es la bruja de cabello rubio y labios operados que tiene al lado?
Suspiro.
Solo llevo unos días aquí y ya tengo la necesidad imperiosa de salir huyendo.
Que de conflictos abiertos.
Carrik y Elena. Carrik y Grace. Carla y Leila.
Sonrío.
De ellas sabremos poco más. Recuerdo la cara que puso Carla cuando le dije lo del club donde ella va a buscar algún ricachón que la mantenga a cambio de complacer sus perversos gustos sexuales. De todas formas no me voy a fiar. Una de las cosas que he aprendido estos años de Christian es a no poner la mano al fuego por nadie.
En mi campo de visión entra rápidamente mi sexy marido sin camiseta y con esos pantalones de pijama azules que le caen muy, muy sensuales.

—Buenos días, nena.—se acerca y me besa.

—Buenos días, mi amor.—le sonrío con dulzura.—.¿Qué tal has dormido?—miro el reloj. Las 7:30. Muy tarde para él.

—Muy bien. Hasta que me he despertado y he visto que mi preciosa mujer no estaba en la cama.—oh, que tierno.
Bajo intensidad para ir finalizando mi carrera.

—¿Iras a la oficina?—asiente y me pasa una toalla.

—¿Comemos juntos? Luego por la tarde tengo una reunión con gente de Hong Kong y terminaré tarde. Vamos a lanzar nuestra fibra óptica en su país y tenemos que terminar de concretar algunos detalles.—asiento.
Quedaré con Kate por la noche.

—Esta bien, Christian. Yo quedaré con Kate para salir a cenar.—sonríe.

—Muy bien, señora Grey, pero te llevas a Ryan.—asiento.—.Y no bebas mucho, por favor.—sonrío.—.Me encanta lo graciosa que te pones  cuando estás bebida, pero no me gusta que bebas mucho si no estoy yo.

—Está Ryan. ¿Qué crees que va a pasar?—le digo indignada.—.No soy una niña Christian.—me abraza y restriega su erección en mi vientre.

—No, no lo eres.—susurra en mi oído  rozando su nariz en el lóbulo de mi oreja.—.Eres la mujer más sexy,  sensual, provocadora y enloquecedora que he conocido.—baja su mano hasta mis pechos y los roza sutilmente.—.Volverías loco a cualquiera, Ana.—roza sus labios con los míos y me fulmina con una mirada ardiente y  posesiva que hace que me hierva la sangre.—.Y tú...—traza círculos a través de mi top en mis pechos haciendo que los pezones se  endurezcan.—...Eres mía, Ana.—baja una mano hasta mi pantalón y mete la  mano despacio hasta mi sexo pasando el dedo lentamente haciendo que me retuerza de placer.—.Dímelo.—me exige.—.Dime que eres mía, dime que me amas.—dice con voz dura pero dificultosa.—.Dime que soy y seré el único hombre en tu vida.—le miro rápidamente.

Mi gran Amor, Grey.#PremiosObsesiónGrey2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora