Capítulo 3

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N/A: Aquí el tercer capitulo. MUCHISIMAS MUCHISIMAS MUCHIIIIIIIIIIISIMAS GRACIAS POR LA BUENA ACOGIDA QUE HA TENIDO EL FIC Y TODOS ESOS REVIEWS! DE VERDAD GRACIAS POR LEER Y COMENTAR!
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Tommy recostado en la cama de su hermana, descalzo y leyendo una revista que su hermana que tenía allí tirada mientras ella, tumbada hacia el otro lado terminaba unos ejercicios de Biología que tenía que terminar para el día siguiente; detuvo su lectura cuando escuchó a sus padres discutir al otro lado del pasillo.

-Cada vez es más normal…-murmuró Frankie sin levantar la vista de cuaderno.

Tommy frunció el ceño mirando la puerta y enseguida retomó su lectura. Su móvil vibró varias veces y lo ignoró centrándose en la revista. Alzó una ceja echando un vistazo a todos esos test de adolescentes.

"¿Qué esconde tu sonrisa…?"

"¿Se te da bien conocer gente nueva?"

"¿Cuánto le gustas?"

Tommy leyó ese último test, y repasó las respuestas marcadas por su hermana pequeña y finalmente la puntuación (15) y el consejo:

"Superpillado: Está super in love contigo. El problema es que no se atreve a decirlo por si tú no sientes lo mismo o por si es demasiado pronto".

¿What the fuck?-pensó mientras leía el test de nuevo.

Miró a su hermana… Miró como su cabello liso y castaño oscuro –el mismo color que su madre, aunque ahora la capitana lo llevaba más claro- caía sobre su espalda. Recordó cuando él mismo le hacía trenzas cuando era más pequeña, ayudando a su padre o a Sophia antes de ir a la escuela... Ya no quedaba nada de esa niña. Ahora era una adolescente.

¿En qué momento Frankie había crecido tanto? Miró alrededor en la habitación… Ya no había rastro de las muñecas con las que jugaba o los peluches que tanto adoraba, en lugar de eso había fotos con sus amigos, algún póster con alguna frase motivadora y una bufanda de su equipo de fútbol –por suerte eso seguía intacto- varios libros – También una suerte- y cosas de chica como maquillaje, utensilios para el pelo y perfumes.

Tommy suspiró y recordó que eso volvería a pasarlo con su hermana –por parte de padre- Bellamy, quien ya con siete años era aficionada a pintarse las uñas y maquillarse.

Mujeres-rodó los ojos-.

Aunque las adoraba, le costaba entenderlas la mayoría de veces y sobre todo, le costaba mantener una relación con ellas probablemente por su timidez y su incomprensión… Algo que últimamente estaba cambiando.

-¿Cuándo has crecido tanto?-preguntó en voz alta, aunque se lo preguntaba más a sí mismo. ¿Por qué su hermanita no podía ser la niña de siempre que tenía que crecer y ser una adolescente con un carácter difícil y pensando en chicos por lo visto?

-¿Qué?-Frankie giró levemente su cuerpo para mirarle y su rostro cambio abriendo los ojos como platos-¿Qué haces?

Se movió rápido y le arrebató la revista, arrugándola en el camino y tirándola lejos.

-¿Quién te ha dado permiso para leer eso?-gritó enfadada.

-¿Qué?-Tommy no entendía nada- Oye a mi no me hables así…Eh.

-Pues tú no toques mis cosas…-gruñó.

Tommy rió.

-¿De qué te ríes?

-De nada-hizo una mueca y se levantó de la cama alcanzando sus zapatillas antes de que Frankie le pegara un almohadazo.

-Eres idiota, Thomas.-se quejó la chica más molesta que en otras ocasiones que discutían por cualquier tontería como todos los hermanos. Tommy se la quedó mirando.

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