Capítulo 8

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Kate acarició el pelo –aun bastante húmedo después del baño caliente- de su hija. Suspiró y siguió acariciándoselo durante un rato mientras ésta se dejaba mimar.

-¿Estas mejor?

Kate le había dado una pastilla que a ella le funcionaba siempre, tras darse un relajante baño caliente y proporcionarle lo necesario para su higiene intima.

-Mmm Si…

-El lunes iremos al médico ¿Ok?

-Mamá…

-Mi amor… Tenemos que ir… Probablemente cuando tengas el periodo tendrás que inyectarte un poquito más de insulina…Y te sentirás más cansada como ahora.

-Está bien…-dijo la chica removiéndose y sintiéndose protegida por su madre como cuando era una niña pequeña. Kate la abrazó mejor, acomodada detrás suyo siguió acariciando su pelo.

Rick miró el reloj de la cocina. Casi las 2am. Suspiró y dejó su taza a un lado de la mesa cuando escuchó los pasos de Kate acercarse.

-Acaba de dormirse…-informó la detective al entrar en la cocina.

Rick asintió y masajeó su cuello contracturado.

Las horas habían pasado como si nada una vez que Frankie les había llamado para que la recogieran. A él no le había dicho nada y aun estaba bastante inquieto a pesar de que había comprobado que Kate había manejado la situación con facilidad y al llegar a su hogar, Frankie estaba más relajada que al recogerla en los Hamptons.

Kate salió de la cocina y se dirigió al salón con una taza de café que le había preparado Rick y al cual le agradeció con la mirada.

Castle se sentó a su lado.

-¿Y Bien…? ¿Me vas a contar?

Kate entrecerró los ojos levemente.

-Soy su padre. Estoy preocupado…-dijo seriamente.

-Le ha venido el periodo.

Pero la realidad no era solo esa. Aunque Kate tampoco lo sabía.

A Frankie no sólo le había venido el periodo por primera vez en su vida. También le habían dado un beso de verdad, por primera vez en su vida.

-Wow… Así que ya…-carraspeó incomodo- Es…

-No lo digas.

-¿Qué? ¿Por qué?

-Es muy retrograda…

-Ok.

Ambos se quedaron en silencio. Rick completamente perdido en sus pensamientos, siendo consciente que su hija ya no era una niña, que finalmente había entrado en una etapa de su vida que él ya había vivido dos veces a través de los ojos de sus hermanas y que era un autentico calvario.

-¿Y como está?

-Pues le dolía…Se sentía hecha un asco…

-Pero le has preparado un baño y le has dado una de esas pastillas tuyas… y una taza de chocolate ¿Cierto?

Kate asintió sonriendo. Rick la conocía demasiado bien. Conocía sus rituales casi mejor que ella por lo visto y es que más de una vez era él quien viéndola con dolor de riñones o vientre provocado por la menstruación le había preparado un baño caliente y una taza de chocolate.

Suspiró mientras daba otro sorbo a su café descafeinado –Que aunque lo detestaba, era lo más correcto para esas horas-.

Desearía regresar a esos momentos donde eran tan… Confidentes el uno con el otro. Aquellos maravillosos años donde sus hijos eran pequeños y eran una familia de verdad.

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