Recuerdo que cuando era más chica, soñaba con cambiar al mundo como los súper héroes. Soñaba con crear un mundo mejor para todos, un mundo más libre y con menos miedo. Bueno, también soñaba con visitar el País de las Maravillas, pero esa es otra historia.
No estoy segura de cómo es que la vida puede ser tan predecible para algunos y tan impredecible para otros. Es como si el universo jugara al ta-te-ti y al que le toca le toca porque la suerte es loca.
Todavía me acuerdo del tiempo en donde nada de eso me importaba, donde podía asegurar dónde estaría en veinte o treinta años. Pensé que era más inteligente, resulté ser bastante ingenua.
Pero si hay algo que puedo asegurar de esta vida, es que hay regalos tan grandes, que solo pueden venir después de una gran dificultad. Al igual que el sol, que solo brilla más fuerte después de un eclipse, después de haber estado oculto y a oscuras, solo detrás de la fría inmensidad.Si me hubiesen preguntado hace unos años a qué edad me gustaría ser madre, de seguro hubiese contestado que como a los treinta; más o menos el tiempo que me llevaría terminar mi carrera y conseguir un buen esposo. Porque bueno, se supone que a eso debíamos aspirar, que así era como funcionaban las cosas.
Resultó que no seguí ni uno de los pasos que me planteé en la juventud.Es bastante gracioso para mí observar lo estúpida que puede llegar a ser la humanidad. Si realmente nos concentráramos en lo importante, definitivamente estaríamos mucho mejor. Pero como dije, nos especializamos en ser tontos, ciegos y mudos. Supongo que para la mayoría es lo más fácil.
¿Cuál es la razón entonces para contar esto?
Simple, porque para mí la vida significa mucho más que vivir trabajando para la jubilación, más que acumular riquezas, que ser los mejores en algo.
Si hay una cosa que aprendí en estos años, es que la vida se la vive mejor ayudando a otros.Lo que sea que ganemos en nuestro viaje por la tierra, jamás se irá con nosotros en muerte.
Lo que sea por lo que luchemos, al final, no tendrá ningún valor si no existe nadie quien lo recuerde.Para mí, la vida se resume en tres simples palabras: fe, esperanza y amor. Pero la mayor de ellas, y la que me ha sostenida hasta ahora, es el amor.
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Más de lo que ves © [EN EDICIÓN]
Ficción General«Hay personas que nacen y uno sabe que serán grandes. Esa clase de personas que no hace falta ser un genio para notar la grandeza que les espera. A veces pienso que Sergio era uno. Al extremo opuesto de esa línea, estaba yo. Son por esas cuestione...