“Pequeños detalles”
-Entiendo lo que tu silencio significa, el problema es que si tú no
imaginas un futuro a mi lado ahora, como cualquier persona normal lo haría, casados, con hijos y viviendo juntos, yo no puedo seguir a tu lado, no puedo quedarme contigo y esperar un milagro.
-¿Eso que significa? –pregunta él por primera vez asustado en medio de una conversación tan frecuente.
-Que podemos dar esto por terminado.
***
-¿Vendrás a ver el partido? –Camila pregunta poniendo esa cara de“dame lo que estoy pidiendo o lo vas a lamentar”- hoy juego como titular.
Repasemos la situación, la mujer sobre mi cama me está invitando a un partido de soccer, eso implica a un numeroso grupo de adolescentes corriendo de un lugar a otro, con ropa realmente pequeña, cuerpos tonificados y gritos eufóricos. Si, realmente no suena mal.
-De acuerdo iré a verte haciendo tu deporte ese… -mi tono o tal vez las palabras que seleccioné me acaban de condenar, ¡de por vida!
-Claro, según tú –ella levanta su cuerpo de la cama y se sienta para mirarme con esa típica expresión odiosa en su rostro- ¿qué es un deporte entonces?
-No lo sé, -ya me metí en un problema- yo hacía yoga -porque Alexa me obligaba, claro- y me iba bien. La verdad que se yo de deportes.
-¿Y eso es un deporte? –ella cuestiona señalándome con su dedo índice.
-La mente también requiere ejercitarse –refuto cambiando de canal el televisor solo para intentar dar por terminada la conversación.
-¿Esa es tu respuesta? –pregunta insistente, como cuando alguien quiere discutir por cualquier medio.
-Bien, no es un deporte, es una “disciplina” ¿tal vez? –Intento mediar- Tú ganas.
-Te quedaras luego del partido y jugaras conmigo.
-olvídalo –aviso riendo, es imposible.
-Ya verás –garantiza volviendo a su lugar en la cama y dos segundos está sobre mi, molestándome para que no veo la pantalla.
-Me tienes aquí en tu cama y estás mirando ese estúpido documental, ven aquí –y oficialmente ella gana otra batalla.
La mañana siguiente en la oficina.
-Lauren… -Mi jefe entró a la oficina con una taza de café algo exagerada en su mano y una carpeta en la otra- adivina quién se irá esté fin de semana a San Diego a una convención en uno de nuestros hoteles.