“Dedicarte horas de mi vida”
-Que susto me diste, creí que era otra persona. –Jerry Voltea angustiado.
-¿Qué pasa Jerry? –pregunto sentándome a su lado en el porche.
-Ya sabes que adentro no puedo fumar en paz, Ally se enfada demasiado. –responde el dándole una calada.
-Es porque te ama, -justifico tocando su hombro- se preocupa y tú sabes bien que eso te hace daño.
-¿Quieres uno? –pregunta con una risa suave- no son buenos, pero son útiles.
-No, -respondo determinada- tú sabes que no es lo mío.
-Lo era cuando las encontré fumando en el garaje. –rememora haciéndome sonrojar, desde luego Ally se llevó la peor parte del regaño ese día, pero yo me llevé una pena mayor.
-Ya han pasado unos mil años desde esa vez Jerry –digo sonriéndole.
-Lo sé, -responde con una leve mirada de nostalgia- pero adoro la cara de Allyson cuando le recuerdo ese día.
-¿Puedo preguntarte que te parece Camila? –cambio el tema aprovechando que estamos solos.
-¿Necesitas mi aprobación? –su cara muestra un poco de sorpresa- Hija sabes que estaré contento de que salgas con cualquier persona que te haga sonreír así.
-Lo sé, es solo que…
-Necesitas que alguien te diga que está bien lo que haces, -da en clavo como siempre- entiendo.
-No es tan simple para mí, -explico algo confundida- hasta Ally cree que es una terrible idea.
-Ally tiene ciertos ideales muy marcados, en parte ha sido nuestra culpa, la educamos para que creciera con la fiel idea del matrimonio perfecto. Y mira, ahora está con ese tipo que no sirve para nada.
-No es tan malo. –intento mediar entre su opinión y la “felicidad” de Ally.
-¿Acaso te agrada? –pregunta con un tono incomodo, es obvio que no está feliz de la elección de su hija.
-Sabes que lo detesto. –confieso sin rodeos- pero es la decisión de Ally estar con él, yo solo lo respeto.
-Lo sé, yo no lo quiero tampoco, no es lo que mi pequeña se merece.
-Me pregunto que dirían mis padres si llevo a Camila alguna vez a cenar en casa. –medito en voz alta.
-Puede que lo tomen bien. –asegura Jerry
-¿De verdad crees eso?
-No. –lanza una risa- Tu madre se volvería loca.
-Lo sé, por lo menos ustedes pudieron conocerla sin hacer drama… -digo suspirando.
-Es simple para mí, -él se gira para abrazarme- aunque te quiero como una hija, no soy tu padre. Y tú aunque me quieras como un padre no eres mi hija así que enfrentarnos siempre será más fácil, -explica besando mi frente- no tenemos nada que perder.
-Ally tiene suerte de tenerte –aseguro abrazada a él.
***
Es la hora de salida en ese gigante colegio, todo el mundo está alrededor del lugar, haciendo sus cosas, viviendo en su mundo, las cuatro inseparables amigas toman sus rumbos, Marielle una vez más tiene una cita con un tipo cualquiera, una nueva presa, como dice ella. Dinah necesita ir con su novio a terminar un proyecto escolar, Camila sube sin demora al auto de la publicista de la que no ha parado de hablar en las últimas semanas y Sandra cuando está convencida de que no tendría ningún plan especial lo mira, está justo frente a la escuela, estacionado, con el vidrio abajo y una sonrisa que nadie podría ignorar. No puede evitarlo, en menos de un segundo ya está caminando en dirección al muchacho de sus sueños.