PENÚLTIMO CAPÍTULO! !!
“Decirlo todo”
-Tampoco esperaba que eso fuera lo primero que me dijeras –la ayudé a buscar su equilibrio y por un segundo me dejó tenerla en mis brazos, claro, no duró demasiado, ella simplemente se estabilizó, me miró con esos perfectos ojos que tanto había anhelado y me arrebató hasta el aire.
-Solo suéltame quieres… -protestó saliendo de mi agarre tan pronto notó nuestra cercanía- ¿Estás acosándome sabías eso?, ni siquiera quiero hablar contigo, ni verte, ni…
-Camz… -tomé su mano pidiéndole un segundo de calma, ella miró alrededor y luego se relajó- -Lo sé, si vine aquí siguiéndote, pero ayer a esta hora perdí todas las esperanzas. Supongo que esto es… Una jugada del destino.
-¿Ahora crees en el destino? –Ella levantó una ceja volviendo a soltarse- eso es nuevo.
-Tengo que hacerlo –me encogí de hombros- no hay explicación para esto.
-La hay, si subes a un avión siguiéndome es probable que algo como esto suceda, no es destino, es solo una probabilidad. –ella se tensó- ¿Por qué viniste Lauren? –y su voz por un segundo se volvió más fría que todo a nuestro alrededor.
-Por ti. –respondí sincera. No tenía más que decir, no tenia como justificar esto, vine por ella y, aunque hace un momento había perdido la esperanza, esto era solo una muestra del destino de que yo debía mantenerme en pie de guerra por ella- no me iré sin ti, no daré esto por acabado Camila, no lo haré.
-¿Y yo no puedo elegir? –Preguntó con una mirada sorpresiva- yo no quiero sufrir más, no quiero hacerlo y contigo tengo garantizado otro sufrimiento. Olvida esto Lauren. Tú solo piensas en ti, eso me quedó completamente claro.
-Está bien, soy egoísta y solo pienso en mi –asentí a su acusación- Créeme entonces, tú eres mía Camz, si tú sufres yo sufro. Bien –me acerqué nuevamente, era tan surrealista estar discutiendo esto en medio de una pista de hielo- ¿acaso crees que quiero sufrir más? Ya basta de hacernos daño. Mi lugar es contigo.
-Estas enloqueciendo –ella negó con la cabeza, pero no se alejó finalmente no me empujó, no me apartó, me dejó acercarme y estuve tan cerca de robarle un beso, fue difícil no enloquecer y lanzar por la borda mis argumentos.
-No. –Dije simplemente manteniendo la cercanía- Yo estoy completamente loca.
-Esta es la parte donde asumes que estás loca por mí. –dijo ella conteniendo una sonrisa.
-No, -volví a negar- mi locura eres tú.
***
Todo era ilógico, en un minuto estaba huyendo de mis amigas para no sentirme presionada a esa forzada diversión que me querían imponer y al siguiente estaba tropezando con ella la pista de hielo frente a la plaza del hotel. Parecía ida, realmente lucia triste, pero algo era consecuente, esos ojos diciéndome todo lo que me negaba a escuchar, su sonrisa sincera al verme y sus manos sin poder escapar de mi cuerpo. Yo tenía que mantenerme dura, sin embargo mis piernas temblaron al verla y juro que casi me lancé a sus labios en el mismo segundo que ella habló.
-¿Qué quieres de mi? –pregunté prácticamente bajo su dominio, si ella me hubiese pedido besarla, abrazarla o incluso hacerle el amor en medio de esa pista lo habría hecho, yo estaba absolutamente a su entera disposición.
-Lo que te pedí hace unos días por teléfono –dijo nerviosa- unos minutos, que me escuches, que me permitas decirte todo lo que tengo que decir. –ella prácticamente rogó, pero yo lo hubiese hecho sin necesidad de que insistiera.