“Nada es tan útil como el arrepentimiento”
-No necesito que ninguna me diga “te lo dije” ya me siento suficientemente mal –anuncie un poco a la defensiva en cuanto las chicas entraron a la habitación que no he dejado durante todo el fin de semana- ¿está bien?
-Camila… -Dinah susurró envolviéndome en un abrazo sincero- nadie dirá eso, ven aquí… ¡Todo se pondrá bien!, tal vez no ahora mismo, pero pasará.
-No quiero que pase –me quejé golpeando la cama- quiero que regrese, soy una idiota, lo sé –el llanto era incontenible a estas alturas- pero la amo.
-Cami –fue el turno de Sandra de hablar- si ella te dejó entonces no te merece y fin del asunto, vamos a apoyarte en esto, no estás sola.
-Yo solo… -intenté explicar lo que sentía pero no fui capaz.
-Tú solo te enamoraste kaki –Marielle me abrazó- ahora no piensas que será posible, pero créeme, lo vas a superar.
Las chicas hicieron su mejor esfuerzo, pero era en vano, llorar era lo que hacía durante el tiempo que estaba despierta, el resto de mi día se iba en dormir y pensar en Lauren por largas horas en la madrugada. Creí que lo iba a reconsiderar, que llamaría alguna vez, pero no lo hizo, en 7 días fue incapaz de hacerlo. Aún con todo eso, no podía odiarla, pero tampoco podía olvidarme de ella.
***
Mi primera semana oficialmente de vuelta en New York.
Con un par de días en la ciudad me acoplé a lo que seria finalmente mi rutina, Alexa terminó su mudanza y con eso todo se volvió oficial. La noche del miércoles justo un día antes de mi regreso formal a la empresa, ella organizó una pequeña celebración. Yo no creía tener motivos para festejar nada, pero Alexa insistió. Vinieron sus padres, sus dos hermanos y mi familia también estuvo en la improvisada fiesta. No fue más que una excusa para hablar sobre los –interrumpidos- planes de boda.
-Una ceremonia en Viena, los amigos más cercanos, seria tan hermoso –Mi mamá comentaba entusiasmada ante lo que seria una romántica idea de boda, una boda que yo prácticamente había borrado de mi mente.
-Mamá no tenemos que hablar tan pronto de eso, apenas si estamos reorganizando todo aquí –señalé la casa- Alexa tiene cosas importantes en el trabajo y yo estoy en medio de un buen proyecto.
-Tú siempre tienes una excusa para no dejar la oficina, me gustaría verte alguna vez escapando del trabajo para disfrutar junto al amor de tu vida -¡Vaya!, ¿cuántas veces hice eso en México?
-Pues yo no soy la vaga entre tus hijos… -señalé a Taylor- yo no dejaré de trabajar para irme a Viena a tener una intima ceremonia –y ese fue el comentario final para el tema, al menos por una parte de la noche.
Esa noche sobreviví a la presión de todos preguntándome cuando pondría fecha y un anillo de bodas en la mano de mi prometida, evadí todo lo que pude, no fue fácil. Los días continuaron, si me preguntan por cómo estaba siendo mi vida con Alexa yo diría que es exactamente igual que siempre, podría describir nuestra relación como una amistad con influencia laboral, suena algo genérico el término, pero creo que nos define bastante bien. Ella está llevando la situación con más naturalidad que yo, eso también es destacable. Finalmente pasó una semana y yo sobreviví a este cambio tan drástico. Mentiría al decir que no he pensando en Camila, en cómo estará llevando esto, tal vez ella ya lo superó, por eso hago mi mejor esfuerzo y trato de mantenerla lejos de mis pensamientos. Demonios, pero la extraño.