“Que el día nos sorprenda”
-Es normal, es por esta torre, siempre esta llena de gente –explicó colocando una canción de Lana del Rey que curiosamente conquistó a la mujer a mi lado hace unas semanas atrás cuando se la hice escuchar. Ahora la ama, tanto que siento celos.
-No por nada fue la mas alta de Latinoamérica por unos cuantos años… -ella cuenta mientras mira impaciente la fila de autos.
-¿Hay algo de lo que yo te hable y tú no conozcas de antemano su historia? –interrogo revisando mis mensajes, mi mamá tiene un ataque de desespero porque no estoy en casa para almorzar con ellos y mi abuela.
-Pues… –ella toma mi mano haciéndome dejar a un lado el celular- Tú tienes el presente y yo tengo el pasado.
-¿Juntas que tenemos? –pregunto siguiendo su plan filosófico.
-Probablemente un buen futuro. –contesta sonriente.
-Eso sonó a compromiso –digo algo entusiasmada con la idea.
-saca esas ideas de tu cabeza Camila… -ella se ríe fuerte- ¡quieta! –grita tomando mi cabeza con ambas manos- ¿dónde puedo apagar tu imaginación? –pregunta como si estuviese buscando una especie de interruptor.
-Muy graciosa –respondo rodando mis ojos y vuelvo al celular. Aun si borrar la idea de mi mente.
***
La gran diva que tenia de mejor amiga me pidió ir de compras con ella, luego de dejar a Camila en su casa y alejarme lo más pronto que me fue posible, para evitar que ella me llevara a la fuerza a conocer a su familia con abuelos incluidos, pasé por Normani.
-¿Estarás mucho tiempo en México? –interrogué luego de entrar a una de las tiendas favoritas de Mani.
-Sabes que no puedo, -ella respondió tomando una par de blusas en sus manos- aunque quisiera, estas fueron unas vacaciones no planeadas.
-¿regresas a Londres? –habían algunas cosas aquí que a Camila podrían gustarle así que elegí un par de ellas.
-Iré directo a NY, no tiene caso seguir huyendo Laur –ella sonrió mirándome ahora- la vida real es esta, es ahora.
-Lo sé… -respondí de vuelta, Mani y yo habíamos pasado más tiempo viajando por trabajo que viviendo en un mismo lugar como personas normales.
-Supe que Arin volvió a NY el mes pasado… -lancé el comentario al aire, solo para ver si reacción.
-¿En serio? –ella dejó lo que hacía y me miró atenta.
-Si, llamó a la oficina –conté mientras me sentaba frente al probador- pero yo no estaba, evidentemente, así que Jennel fue quien habló con él, solo que los muy inteligentes se pusieron conversadores y al final él olvidó dejar su número.