“Ambas tenemos que seguir”
-Todo pasa de manera tan casual ahí, nadie quiere relaciones serias, ni siquiera una cita, solo quieren “salir” –le comentaba a Ariana mientras ella reía sobre mi concepto sobre las personas de mi escuela- ¿que se supone es salir?, son tan casuales aquí que siento que en eso no encajo.
-Eres anticuada –dijo ella soltando una risa amable, de esas tan encantadoras que siempre me da.
-no uses mis palabras –dije golpeando en juego su hombro, ella se abrazó a mi por un instante.
-Sabes que lo eres, -repitió- tanto como yo. -¿Entonces estudiamos para tu ultimo examen mañana en la tarde? –Preguntó amablemente Ariana acompañándome a la entrada de mi edificio- ¿de verdad quieres que venga?
-Si, claro que quiero eso. –hablé sonriente ignorando las señas de Marielle y Aaron sobre como debería estar besando a Ariana en este momento.
-Yo… te llamo entonces –dijo ella tomando una de mis manos y sutilmente inclinándose para besar mi mejilla.
-Hasta mañana…
Yo no podía decir que no quería besarla, ¡vaya cuanto quería besarla!, pero inexplicablemente yo no podía, simplemente no podía. Era una combinación de culpa y algún inexplicable asunto moral, todo eso me ponía tensa y arruinaba el momento, claro, cada vez que hubo indicios de que era “el momento”, sin embargo Ariana siempre lucía serena ante mi caótico intento de salir del embarazoso aprieto. Ella era increíble y eso hacía más complicado todo, ella no merecía ser mi salvavidas en este momento, no merecía tener que reconstruir mi corazón destruido, pero nadie merecía eso, así como probablemente yo tampoco merecía estar sufriendo por Lauren ahora.
La noche siguiente antes de la cita de estudio.
Mi nuevo plan de supervivencia era sacar de mi casa todo lo que directa o indirectamente me recordaba a Lauren, un gran conflicto considerando que desde la música hasta mi tabla de kitesurf nueva me recordaba a ella, había una cantidad absurda de recuerdos persiguiéndome, me encontré con la innegable realidad hasta ver mi reflejo en el espejo me la traía de vuelta a la memoria, ella era responsable de mis sutiles cambios, como el hecho de que ahora usara ropa mas “seria”, era obvio que no podía ir con ella a una reunión de la empresa usando una colorida camisa estampada de algún cantante de moda, esas cosas, tal vez simples o no, eran muchas de las cosas que había cambiado Lauren en mi. Reordené todo para que mi closet se tragara lo que no podía tener a la vista, sus regalos, sus notas, esa tonta camisa larga de su fraternidad de la Universidad que le quite indiscretamente para dormir, todo eso tenía que irse, sabía que podía encerrar en mi closet todos los recuerdos, pero nada la apartaría de mi mente y ninguna fuerza mayor podría sacarla de mi corazón. Rebusqué en un cajón con la esperanza de hallar mi CD favorito para oírlo mientras Ariana se presentaba en mi casa, necesitaba algo de música de fondo que no me recordara nada de Lauren, pero mientras lo hacía me tope con una tarjeta de presentación.
“Lauren Jauregui - Publicista - New York”
Su numero de teléfono junto a otros medios de contacto estaban en la tarjeta, ella probablemente ya no estaría usando su mismo celular si se mudó de vuelta, no sé como pasé de estar empujando en mi armario todo el amor que sentía por ella, a estar marcando desde mi celular el número privado de su casa, pero lo hice.