-¡Elizabeth, Elizabeth! -escuchaba unas voces lejanas gritando mi nombre, sin embargo eran tan familiares que me tranquilizaba el que estuvieran allí, mi vista borrosa no me permitía enfocar nada a mi alrededor más que sus siluetas, estaban entre tantos pequeños puntos de luces que me hacían cerrar los ojos encandilada.
-¡Esta helada debemos llevarla a casa! –le escuche decir a otra de las voces, ahora masculina en un tono alarmado y lleno de preocupación pero dándome algo de paz. Sentí como el suelo helado desaparecía bajo mi cuerpo y solo dos brazos me sostenían en el aire caminando a pasos apresurados. Las siluetas comenzaban a girar a mí alrededor y todo se movía demasiado rápido como para comprender lo que sucedía en ese momento. Me encontraba en un estado ausente, no lograba articular palabras pero sobre mi pude observar a Jack siguiéndonos, el color de su sweater y el cabello lo delataron fácilmente haciéndome mostrar una sonrisa estirando mi mano, intente tocarlo pero me desvanecí en medio del esfuerzo.
Cuando volví a hacer el intento de abrir mis ojos unas horas después, todo malestar, mareo y la visión borrosa había desaparecido sin dejar rastros. Acaricie un poco el lugar donde descansaba sintiendo la suavidad reconociendo mis sabanas mostrando una sonrisa en mis labios al levantarme, tantee el lugar a mi lado pensando que como cada mañana encontraría a Jack, pero solo estaba vacío. En su lugar escuche la voz de mi madre haciéndome sobresaltar en mi lugar, me afirme a las mantas girándome a verla tranquilizándome.
-Despertó... ¡Despertaste! –grito abrazándome fuertemente haciendo que mi cuerpo resintiera un poco pero se lo regrese de la misma forma, al parecer estuvo sentada al lado de mi cama preocupada esperando a que ¿despertara?, escuche los pasos apresurados de alguien corriendo hasta mi puerta que pude ver asomándome por el hombro de mi madre sin dejar de apretarla contra mí.
-¿¡Despertó!? –llego mi padre vistiendo su pijama con el cabello alborotado y en su rostro la misma expresión de alivio, lo vi sentarse al filo de la cama y abrazarme con la misma fuerza, ahora los dos juntos susurrándome dejando un beso en mi cabeza sin aliviar mi pequeña confusión- Nos preocupaste mucho, mucho Elizabeth.
-¿Por qué se preocuparían si solo dormía? -los mire desentendida, no recordaba los sucedido antes de dormir, hice el intento de volver hacia atrás en mis recuerdos pero vagamente me entregaba imágenes mezcladas. Mire a todos lados en mi cuarto, sin querer entrar en pánico tenía que actuar por el momento pero no había señal alguna de su presencia.
-¿No... recuerdas? –Mi madre llevo sus manos hacia la boca abriendo sus ojos un poco mientras estos se cristalizaban con lágrimas contenidas, mi padre se dio cuenta que negué y me vio sorprendido escuchando a mi madre susurrar- Volvió a pasar...
-¿Alguien puede decirme que sucedió? –suspire lentamente perdiendo la paciencia por la incertidumbre, mi padre acariciaba la espalda de mama en un intento de reconfortarla, ella estaba angustiada dejando salir unas lágrimas.
-Eli, te explico en un momento solo déjame llevar a descansar a tu madre–me sonrió y asentí pacientemente pero con preocupación respecto a sus reacciones, le intente sonreí cálidamente mostrando que estaba bien y me dedico una caricia en mi mejilla antes de salir. Espere acurrucándome entre las mantas pero quería buscar a Jack, en ese momento pensando en frio fue que recordé los sueños, mi pulso se acelerara un poco haciendo que volviera a sentarme en mi lugar nombrándole, le necesitaba, tenía que hablar con él con urgencia. Me sentía tan bien y mal al respecto que necesitaba exteriorizarlo, pero solo con él lo podía hablar.
-¿Dónde estás Jack? –susurre mientras me abrace a mí misma, papá entraba apurando el paso al verme así de vulnerable comprendiendo que algo estaba pasando y para tener una buena charla regreso con dos tazas de nuestra bebida favorita.
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Moonchild (Jack Frost x Elizabeth)
FanfictionElizabeth una muchacha de 17 años se enfrenta a una repentina mudanza dejando atrás una vida que nada le prometía, por una que crea nuevas oportunidades para ella y su familia. Pero si se lo dijeran jamas lo creería, las cosas que viviría por ello...