Subimos al trineo, para tener una mejor vista de la ciudad, nuevamente en búsqueda de cualquier señal de Pitch ya que después de su extraña desaparición había posibilidades de que hubiera escapado. Con el avanzar de los minutos comenzábamos a inquietarnos, no había ninguna señal de ellos en la ciudad y alrededores. Con muchísima frustración Norte golpeó sus puños en la madera arrugando su ceño y se giró al globo que mostraba las luces brillantes de los creyentes que aun brillaban pero que se encontraban parpadeando.
-Elizabeth –Me nombro haciéndome enderezar con Jack a mi lado sosteniendo mi mano- Debes encontrarlo para asegurarnos. -Sabiendo que pediría una búsqueda más exhaustiva, nuestra única opción de que hacerlo rápidamente era con mis Luces de Luna.
Sin tardar puse manos a la obra parándome en mi sitio, sobre la parte más alta de los asientos y donde nos gustaba estar sentados normalmente. Sonriéndole un poco a Jack busqué concentrarme para convocar todas las Luces de Luna logrando que aparecieran a nuestro alrededor, no bailaban animadas debido a la seriedad del momento, solo esperaban las ordenes y finalmente sin abrir mis ojos les hablé: "Otra vez debemos buscar, por favor tengan cuidado si la ven a ella, es peligrosa". Desaparecieron con la misma rapidez que aparecieron y sin dejar rastro alguno de su luz, al abrir los ojos me volví a sentar esperando por noticias encontrando que uno de los guardianes me brindaba su compañía.
-Sandy ¿Jack te envió?–Lo miré negar con una cálida sonrisa. Tras suspirar hablé solo para que él escuchara con un deje de culpabilidad, pesando sobre mí y con la posibilidad de haber asesinado a alguien.- ¿Tú crees Pitch, ya sabes, haya muerto del todo?
El me dio una mirada llena de compasión e hizo una pequeña mueca que intentaba ser una sonrisa colocando su mano sobre la mía para acariciar el dorso. Creó la imagen de un reloj sobre su cabeza, para indicar que solo quedaría esperar para saberlo, atrapando mi mano entre ambas suyas me dio algunas palmadas reconfortantes. Miré al frente percatándome que tanto Norte, Conejo y Jack miraban el globo llevando demasiada seriedad en sus rostros hablando de cosas, que gracias al viento, no logré escuchar. Pensé en acercarme, pero el toque amable de Sandy me detuvo junto a su amable sonrisa, indicándome al negar que yo ya tenía una tarea por ahora.
Pronto estaba concentrada en recibir las noticias, ellas regresaban con su luz intacta como evidencia de que no había pesadillas en ninguna parte, que no tuvieron necesidad de alejar pesadillas y que los niños en sus hogares descansaban felices. Se quedaron a nuestro lado mientras revoloteaban a nuestro alrededor hasta que la última hizo su aparición, los guardianes que esperaban noticias se giraron velozmente al llamarles su atención, decidí susurrarle el resultado de la búsqueda a Sandy ya que yo en voz alta no podía decirlo. Tras escuchar, el con solo negar se los comunicó.
-Él murió. –Sentenció con firmeza Norte y también cierto pesar debido al resultado de esto.
Suspiré en mi lugar, Conejo frunció el ceño, Sandy miró la ciudad y Jack se recargó en el borde quedando en un estado pensativo. Ellos no sabían cómo sentirse al respecto, habían querido detener sus planes pero la muerte de aquel despreciable ser solo había sido un catastrófico accidente, mi accidente, yo tan solo me preguntaba sin cesar ¿realmente lo había sido? Con tan solo recordar la imagen de su sonrisa soberbia me decía que estaba algo muy mal. Pero para ellos parecía pesar, supe que en algún tiempo, alguna vez prometieron que lo detendrían pero sin matarlo, siempre hubo otra forma para ellos.
Sandy dejó a un lado aquel pensamiento cuando pareció percatarse de algo extraño en las calles, creo unos binoculares de arena y se alarmó formando un gran símbolo de exclamación sobre su cabeza intentando llamar nuestra atención. Yo fui la primera en ver acercándome al borde y en dirección a la ciudad sin poder creerlo y los llamé sacándolos de sus pensamientos innecesarios ahora.
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Moonchild (Jack Frost x Elizabeth)
FanfictionElizabeth una muchacha de 17 años se enfrenta a una repentina mudanza dejando atrás una vida que nada le prometía, por una que crea nuevas oportunidades para ella y su familia. Pero si se lo dijeran jamas lo creería, las cosas que viviría por ello...