Moonchild (Jack Frost x Elizabeth)

~Cap 43: "¿amenaza, trampa, advertencia o aviso?"

Después de ello tan solo quisimos hacer del momento nuestro. Me invito a acércame, sentándome de espaldas a él, acomodada entre sus pierna, me abrazó desde la espalda, pasando sus brazos debajo de los míos y así entrelazar nuestros dedos. Las luces, que habían resguardado su sueño, nos acompañaban flotaban a nuestro alrededor en un suave baile. Ambos mirábamos por la ventana el increíble paisaje nevado que rodeaban el taller, no nevaba, el cielo estaba prácticamente descubierto de nubes, y si las había el viento las limpiaba; tan solo se encontraba la luna y el gran ejercito de estrellas que brillaban. Yo ahora sabía y era consciente de que allí arriba, hace ya mucho tiempo atrás, hubo muchísima historia. Estaba naciendo en mí, un nuevo deseo de conocer y maravillarme con ella; tal vez impulsado porque Jack había sido parte de ella y quería conocer lo que él no puede contar, saber absolutamente todo.

Jack soltando mi mano, tocó el cristal cubriéndolo de escarcha así ya no pudiera ver hacia afuera. Para su desgracia, aun así, me parecía igual de hermosa y delicada. Se hubiera ganado un alago si no fuera porque buscó mi mano atrayéndome hacia él, bostezando termino por percatarse de la ropa que traía puesta.

-Esto si mal no recuerdo, no es tuyo. ¿Te lo dieron? – Pregunto con voz cansada, tranquila y pacifica recargando su mentón en mi hombro. Sonreí un poco mientras acariciaba la suave tela, asintiendo y girándome para ver que se esforzaba por no cerrar sus ojos.

-Esto fue Katherine. Lo preparó para mí después del accidente, quiso distraerse haciendo algunas prendas para mi estadía. Son un poco anticuadas, pero no están mal. –Comentaba alzando los hombros con tranquilidad mostrándole las mangas con volados riendo un poco- También me dieron un traje como una protección especial, eso fue Conejo. Pero el arco era un "regalo atrasado de navidad" por parte de todos. Los usé en tus rescates, fueron de mucha ayuda.

-Solo ellos podrían hacer cosas así. Recuerdo que cuando quisieron unirme la primera vez a los guardianes, intentaron que usara zapatos, eran muy graciosos. –Comentó con diversión pero continuando en un susurro, miré hacia la ventana comenzando a dibujar con mi dedo sobre el cristal.- Son regalos importantes, para una persona que es importante.

-Tal vez –Respondí susurrando levemente mientras bostezaba contagiándolo en el proceso. Él estaba muy cansado, bostezaba y luchaba con el sueño mientras estábamos allí. Me hizo pensar que tal vez venir hasta mí con su excusa, de no poder descansar, tan solo fue una mentira blanca para disfrazar su necesidad de la charla que habíamos tenido. No queriendo alargar su pelea con el sueño propuse con rapidez- Me comenzó a dar sueño. Jack ¿vamos a dormir?

Con un solo asentir nos retiramos del sitio, siempre con las luces de luna siguiéndonos y alejando cualquier oscuridad con su brillo. Esa noche volvimos a descansar pero juntos. Lo hicimos en el cuarto que compartimos la primera vez, en el que descansé yo aquella noche. Nos acomodamos en la cama y cubiertos con las mantas me abrazó con ternura, recordándome a la sensación tranquilizadora de cuando dormíamos en mi propio cuarto, en Burguess. Con aquella cálida y familiar sensación me fui dejando llevar, cerrando los ojos, después de echar una última mirada al pacífico rostro de Jack, descansé y soñé a su lado.

Abriendo los ojos lentamente la vista con la que me encontré apareciendo frente a mí, justo como la aparición de una neblina, era de una gran ciudad que se extendía hasta donde el horizonte se unía al cielo. Estaba iluminada con centenares de luces, que daban forma a la silueta de cada edificio y trazaban el recorrido de las calles. La admiraba desde tan alto, que los autos parecían hormigas y las personas no se podían distinguir, toda aquella actividad nocturna, me hacía pensar que se trataba sobre una importante ciudad que nunca duerme. A lo lejos se observaba la arena de Sandy entrando a numerosos lugares, en las casas y edificios, indicando que había algunos que si lo hacían, los niños indefensos, pero eso me hacía sonreír un poco al darme cuenta.