-Quiero saber Jack, necesito saber dónde entrenaremos con todo mi ser –pedía por enésima vez insistiendo que me dijera lo que tanto se había decidido mantener en secreto desde que despertamos.
-No puedo, es un secreto por orden directa de Norte –respondía seriamente Jack sosteniendo el cayado en una mano, la otra metida en su bolsillo y en su rostro una sonrisa divertida, burlándose claramente porque que mi curiosidad y paciencia no eran amigas exactamente.
-¿Porque lo mantendrían en secreto? –proteste cruzándome de brazos mirándolo de lado con mucha exasperación.
-Para que tu cara sea genuina cuando lo veas –respondió caminando hacia mí sin borrar su expresión divertida leyéndome el rostro, mi ceja se había arqueado mirándolo sarcásticamente y aunque me rodeo con sus brazos no cambie mi semblante escuchando continuando.- Si solo por eso.
-Eres un... ¡Ush! –termine molestándome porque otra vez no me lo dijo. Decidida iba saliendo del aula vacía en que nos encontrábamos hablando, fui con la idea de encontrar a mis amigas refunfuñando pero cuando una mano se aferró a mi muñeca me jalo de nuevo dentro cerrando la puerta, dejándome a unos metros de ella retrocediendo con mi espalda pegada a su pecho.
-Son lugares increíbles, forman parte del gran mundo al que pertenecemos todos nosotros.- cubriendo mis ojos hablaba cerca de mi oído, yo intentaba zafarme de él aun molesta pero escuche nuevamente su voz en un tono bajo, susurrante y con un tinte rogante- Siempre esta tan escondido, como está a simple vista. Y yo, nosotros queremos que los conozcas, poder enseñártelo y que pertenezcas a él.
-No sé qué hiciste, pero ahora mi curiosidad aumento mucho más. –respondí al sentir bajando sus manos con lentitud para abrazarme por sobre los hombros sintiendo como su peso se recargaba y sus labios besaban mi mejilla izquierda.
-Es lo que deseaba –respondió alejándose volando para esquivar uno de los golpes que le avente por ser fastidiada otra vez, el reía desde la altura y yo negando le grite.
-¡Ya verás Jack! –Amenace frunciendo el ceño.
Desde que habíamos despertado tenía la extrema necesidad de conocer el lugar donde se haría el entrenamiento de la tarde. Pero el señor, no quería decírmelo por más que insistiera. No me daba pistas, no me decía el nombre o siquiera la locación del lugar. Solo se reía de mí diciendo como excusa que era una orden de los guardianes y que no podía revelármelo, pero ¿desde cuando Jack Frost hace lo que le dicen? Había insistido al momento de despertar, desayunar, viajar a la escuela y en cada momento que tenía alejada de las personas que pudieran creerme una lunática por hablar con el aire.
Ahora estábamos en el último descanso del día en la sala de música encerrados, creo que lo tomo como el juego del día, pero yo estaba cansándome de aguantar tanto tiempo la incógnita.
-Solo espera unas pocas horas más Elizabeth –respondió volviendo con migo, cuando se aseguró que era seguro, dándome una comprensiva sonrisa y una mirada enternecida- Solo queremos que sea sorpresa.
-Está bien, está bien –respondí deshaciendo mis brazos cruzados y asentí más tranquila, pero lo mire de arriba abajo- Esperare, pero donde fastidias.
Termine por aceptar que sea una sorpresa dándole punto final, después de todo solo serían dos horas más de espera. Suponía que como dijo, de aquella manera seria todo más impactante al verlo por primera vez y no basándome en ideas vagas. Pero la ansiedad fue horrible cosa que divirtió a Jack, si se reía de la nada era a causa de eso mismo y me frustraba que conociera mis expresiones tan bien como para descubrir cuando me encontraba pensando en ello.
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Moonchild (Jack Frost x Elizabeth)
FanfictionElizabeth una muchacha de 17 años se enfrenta a una repentina mudanza dejando atrás una vida que nada le prometía, por una que crea nuevas oportunidades para ella y su familia. Pero si se lo dijeran jamas lo creería, las cosas que viviría por ello...