•6•

5.8K 419 94
                                    


—Nada es interesante en mi vida... Simplemente asisto a la universidad, trabajo medio tiempo en una farmacia... Me gusta una chica que de seguro no le paso por la mente en ningún momento...—Miraba aquel techo blanco, imaginando varias figuras en éste. Imaginándose el rostro de la ojiverde.

—Entonces... Dices que tu vida no es interesante sólo por el hecho de que llevas una rutina...—Recalcó la mujer mientras escribía en aquella pequeña libreta y posteriormente repiqueteaba su pluma contra ésta.

—Supongo que si.—suspiró levantando su mano, asimilando que podía tomar el foco con ésta.

—Entonces... ¿por qué no intentas salir de la rutina?—La mujer acomodó sus gafas y miró a la chica con curiosidad.

—Suena sencillo... Pero no lo es.

—Oh, claro que lo es.—Replicó tallando su cuello y suspirando. Después acarició el puente de su nariz y se abanicó a sí misma.

—Usted lo dice porque no está en mi situación.—Camila colocó su brazo encima de su rostro para que la luz no diese directo a su rostro.

—La vida nunca es fácil, señorita Cabello. La vida siempre le pondrá obstáculos para que evite hacer lo que usted quiere... Nadie dijo que la vida era fácil, pero tampoco es imposible. Usted puede luchar para hacerla más sencilla... Simplemente tiene que plantearse una meta a largo plazo que tiene que seguir.—Argumentó la mujer haciendo que Camila se sintiese aún más confundida.

—Es que estoy tan... Perdida. Sabe, todo esto que está pasando. Todo estaba tan bien hasta que...

—Hasta que llegó esa chica. Lo entiendo.—Dedujo y la chica asintió.

—Mi vida era paz y armonía, pero, ahora no dejo de pensar en ella... No lo sé. A pesar de que tan sólo nos hemos visto unas dos o tres veces...—Suspiró con frustración y talló sus sienes— No lo entiendo Doctora.

—Entiendo, tal vez estás confundida porque es la primera persona que te gusta...—De nuevo dedujo, dejando su libreta de lado y mirando a Camila. Cruzando sus piernas, sosteniendo éstas con sus manos.

—Eso creo...—Dudó— Nunca nadie me había hecho sentir así antes. Cada vez que la recuerdo suspiro, me duele el estómago, siento como mi cuerpo sufre de escalofríos, mis mejillas arden...

Y tal vez Camila parecía ser ingenua delante de aquella mujer, pero, Camila sentía que aquella mujer era como su diario, como su confidente, era alguien en quien podía confiar, porque sabía que aquella mujer no le contaría a nadie lo que estaba pasando. Porque, después de todo aquella mujer era su psicóloga desde que tenía memoria.

—Bueno, eso es normal cuando alguien te gusta...—La mujer sonrió—Como sabrás tengo buena experiencia dando consejos, y ahora, dejando de lado lo laboral, hablemos de lo personal. Puede que estés un poco confundida porque esa chica te gusta, pero tú no sabes sí le gustas. Entonces de ahí se genera tu confusión, ¿Cierto? —Camila asintió ante el cuestionamiento de la mujer— ¿entonces porqué simplemente no vas... Directo al grano?

—Yo no puedo. Simplemente no puedo. Mis manos sudan, tengo problemas cuando me expreso, suelo ser más sincera de lo que debería, hablo hasta por los codos.—Explicó pasando saliva. Recordando aquellas veces que había estado con la ojiverde— Parece que tomo el control de la situación, pero no es así. Nunca tengo claro lo que haré, simplemente lo hago, y ya, es tan... Confuso. Además de que siento presión... No lo sé, es tan extraño... Como si todo se saliese de control.

—Dinah te ha estado presionando, ¿Cierto?—Interrogó la mujer mirando seriamente a Camila.

—Tal vez Dinah tenga algo que ver pero...

Heridas; Camren G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora