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Comenzó a escuchar el cómo alguien tocaba el timbre desenfrenadamente. Lauren confundida, pues nadie tocaba a esa hora, mucho menos Camila, ya que ella estaba trabajando.
—¡Voy! —Avisó mientras se limpiaba las manos.

Apagando la estufa y dejando su delantal encima de una de las sillas del comedor. Corriendo hasta la puerta principal en la que no dejaban de tocar con insistencia.
Arreglando su cabello, suspirando, preparada para recibir a un desconocido.

Abrió la puerta y se encontró con Camila, tirada al lado de la puerta de su departamento.

—Oh, sí estás..., Creí que estabas con Lucía y es por eso que no abrías.—Comentó Camila mientras que con esfuerzos se ponía de pie, quejándose al instante de reincorporarse, dejándose caer de nuevo.

—Estaba cocinando —Explicó tendiéndole la mano para poder ayudarla.

—No, gracias, puedo sola...—Afirmó mientras que de nuevo entre esfuerzos y quejidos Camila se puso de pie.

Lauren extrañada miró que sus manos estaban envueltas en vendas y vendas, y sus palmas se miraban enrojecidas, en su mano derecha había una pequeña mancha de sangre.

—¿Qué te pasó en las manos?—Interrogó asustada tomando en un ímpetu las manos de Camila.

—Nada —Aseguró.

—Camz... —Le miró con seriedad.

—Fue un accidente en el trabajo.—Respondió entrando de largo al departamento; lo cual le resultó extraño a Lauren, ya que siempre cuando llegaba le recibía con un beso o por lo menos un abrazo.
Tal vez estaba cansada, pero si hace apenas casi unas dos horas ésta se había ido.

—¿Quieres que te prepare algo para que comas mientras que la comida está lista? —Preguntó Lauren y Camila asintió mientras tomaba asiento en uno de los sofás.
—¿Como de qué tienes antojo?—Preguntó Lauren.

—De ti.—Murmuró en tono coqueto.

—Camila —Le miró con cara de pocos amigos.

—Lo siento, lo siento, es que, Dinah me dió una maldita pastilla para adormecer mi dolor y —Talló sus sienes—, creo que me está afectando.

—¿Qué clase de pastilla te dió?—Interrogó Lauren al ver el cómo Camila parecía más ansiosa de lo normal.

—No lo sé, ni siquiera la miré alcancé a leer algo de... Libido-Max... O algo así. Ni siquiera sé lo que esa mierda significa —Pasó saliva sintiendo el cómo su vientre volvía a dolerle.

—Carajo, Camila, prácticamente acaban de... —Rió ante la inocencia de la chica.

—Me duele todo, Lolo —Dijo mientras se tumbaba por completo encima del sofá.

—Tal vez pueda ayudarte con eso...—Susurró entre sus labios mientras que se acercaba lentamente hasta a la ojimarrón.

—¿Qué? —Cuestionó Camila viendo el cómo Lauren se colocaba encima de su regazó, colocando cada una de sus rodillas al lado sus dos muslos.

Lauren acomodó su cabello hacia un lado, tomando las manos de Camila para colocarlas en su cadera, yendo hacia su cuello para susurrarle al oído:

—Esa mierda que tú dices..., es una mierda que aumenta tu placer sexual.—Explicó mientras que con su mano agarraba la entrepierna de Camila.

Dando un grito ahogado al sentir las caricias de la ojiverde, Camila tan sólo cerró sus ojos.

—Maldita Dinah hija de...—Comenzó a maldecir hasta que paró en seco cuando sintió la mano de la ojiverde introducirse dentro de sus bóxers.

Heridas; Camren G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora