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—¿En qué piensas? —Cuestionó viendo la mirada perdida de la ojiverde en la ventana del auto. Iban de regreso a casa.

—En nada...—Contestó saliendo por completo de aquella burbuja en la que había estado sometida durante todo el trayecto de regreso.

—¿Segura? O tal vez...—Hizo una pausa dramática—... Me estás ocultando algo. —Indagó dramáticamente.

—No, Camz, no te estoy ocultando algo, y estoy muy segura de que...—Frunció el ceño arrugando completamente su nariz.

—Salud —Dijo espantando por completo el estornudo de Lauren.

—Mierda...—Masculló sintiendo el cómo su cuerpo se estremecía al sentir la pequeña brisa que provenía de la ventana abierta del padre de Camila.

—Oh, oh, al parecer alguien se ha resfriado —Comentó la madre de Camila mirándolas por el espejo retrovisor.

—Ha pescado una infección —Informó Camila mirando a su madre—, seguro fue por algo que comió y le cayó pesado.

—Mm... Una vez una amiga me contó que a una prima suya le pasó lo mismo con su marido...—Comenzó a contar Sinuhe mirando a su marido—, uy, dice que muchas cosas le pasaron a su marido, que primero le daban náuseas, comenzaba a vomitar de la nada, estornudaba a cada rato y que no tenía apetito tan grande como el que tenía antes.

—¿Qué pasó con él? —Preguntó la ojimarrón mirando el cómo su madre jugaba con el cabello de su padre.

—Murió. El pobrecito se deshidrató y ya no pudo más, así que un día simplemente no despertó...—Contó haciendo que a Camila se le pusiera la piel de gallina.

—Camz... —Murmuró a lo bajo, rasgando con sus uñas el brazo de la latina.

Entonces Camila miró a Lauren, miró aquello, aquello que...

—¡PAPÁ, PARA EL AUTO! ¡LOLO ESTÁ VOMITANDO! —Gritó Sofi y Alejandro de inmediato se desvío de la carretera.

Camila no supo que decir ante la situación, sólo se quedó ahí, quieta, sin moverse... Cosa que provocó que Lauren vomitara todos sus pantalones y zapatos.

—En serio que está enferma —Comentó el padre de Camila al ver el aspecto de Camila. Ambos estaban en el baño de una gasolinera, baño que por supuesto era mixto y cabían más de dos personas.

—Jaja... —Soltó tratando de limpiar su ropa con las pocas servilletas que habían en el baño de la gasolinera.

—Creo que deberías comprarte otros pantalones, Kaki, no quiero ir todo el camino con esa peste —Bromeó su padre pero al parecer Camila no se lo estaba tomando muy a broma.

—Padre, ¿por qué no te ahorras tus comentarios y vas a comprarme unos Jeans? —Opinó Camila esperando a que su padre captara la indirecta tan directa.

—Bien, bien, tengo que darte tu privacidad como la mujer que eres...—Murmuró su padre mientras se daba la media vuelta y salía del baño.

Mirando el espejo del baño. Mirando su aspecto, estaba horrible. Debajo de sus gafas unas grandes ojeras se marcaban por el contorno de sus ojos.
Su cabello alborotado por los niños de la casa hogar y la piel de gallina que tenía; tenía frío, pero no llevaba sudadera puesta porque se la había regalado a uno de los niños que le había gustado.
Comenzando a pensar...

—¿Y sí están usando protección? —Interrogó la polinesia mirándole seriamente.

—Claro que sí, Dinah...—Contestó sin preocupación alguna cambiando el rollo de papel de la caja registradora.

Heridas; Camren G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora