Un vídeo filtrado...
Una chica quebrantada...
Problemas psicológicos...
Inestabilidad emocional...
-¡Tú no puedes amarme! ¡Nadie nunca lo hará! ¡Mírame! ¡Doy asco!
-¡Tú no puedes controlar lo que siento!
Las heridas cicatrizan... Solo si tú dejas...
“Anda, quiero ver lo que Beth está haciendo” escribió rápidamente ya que estaba en clase.
“Ya te lo dije, le estoy dando de comer” contestó la ojiverde escribiendo con una mano.
“Pero quiero verla” Replicó Camila
“Bien. ” Accedió Lauren.
Dejando el teléfono debajo de su cuaderno para después escucharlo vibrar de nuevo. Mirando en la pantalla "Lolo♥ ha enviado una imagen" Camila deslizó su dedo por la pantalla, desbloqueando así su celular, encontrándose con lo mejor que podía ver.
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Enviado a las 13: 04.
Camila sintió como un hormigueo se formó en su vientre y su mente dejó de centrarse en la clase para dedicarse a escribirle a aquella chica de hermosos ojos.
“Es lo mejor que he visto en mi vida, te lo juro ” Respondió sonriendo.
“Tal vez piensas eso porque no te has visto en un espejo...” y eso fue lo que corrompió algo en Camila, pero no era malo, bueno, al menos no dañino para los demás, pero para ella sí. Tenía tiempo que no le pasaba aquello, pero al parecer, la suerte de Camila había terminado. Colocando su mochila encima de su entre pierna.
“No es cierto, Beth y tú son mucho más hermosas que yo, y nadie me quitara esa idea.” Afirmó Camila mientras miraba a su alrededor, cuidando que nadie le viera, esta vez había optado por tomar asiento hasta atrás para poder mensajear con Lauren.
“A ver, pruébamelo, quiero ver una foto tuya de estos momentos...” Las mejillas de Camila se tornaron rojas debido a la vergüenza.
“Pero estoy en clase.” Se excusó.
“O me mandas esa foto ahora o no habrá beso de bienvenida.” Chantajeó Lauren a Camila.
“Pero qué hago? ”
“Pide permiso para ir al baño... ”
“Lauren, estoy en la universidad, no es preescolar.”
“Ve al baño.”
“Bien...”
Camila dió un gran suspiro y se puso de pie. Abriendo los ojos de par en par recordando su situación, llevando directamente sus manos a su entrepierna para cubrirla. Formando una mueca de desesperación Camila corrió hasta al profesor. El profesor frunció el ceño y le miró extrañado.
