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—Yo no sé de qué estás hablando...—Protestó Lauren perdiendo el control de su voz. Estaba enojada, era obvio.

—Lauren, mira, calma. No lo hago porque quiera afectarte, es sólo que si el personal del hospital se entera de que eres madre soltera, no estudias y ni trabajas mandarán a hacerte diversos estudios, tanto psicólogicos como físicos. Sé lo que te digo... Y viendo tu condición no será nada bueno. En cambio si piensan que tú y yo somos las madres de esa criatura ellos tendrán pruebas de que yo trabajo y doy la manutención de la bebé y así no harán ningún tipo de estudio extraño...—Argumentó Camila haciendo que Lauren lo pensara un poco. Aunque su mente no estaba dispuesta a pensar, tan sólo podía odiar a aquella chica que tenía en sus narices.  Se sentía manipulada, pero... Camila lo estaba haciendo por el bien de su hija.

—¿Y cómo se supone que tú y yo hemos dado a luz una bebé? Es absurdo...—Murmuró haciendo que la idea de Camila pareciera absurda.

—Tú confía en mí.

—¿Cómo mierda quieres que confíe en una extraña?—Replicó haciendo que Camila suspirase y lamiese sus labios.

—Yo... Nací con una anormalidad genética. Por la cual, yo... Es difícil para mí decirlo...—Avergonzada miró a la ojiverde—... Tengo...—Señaló su entrepierna.

—¿Vagina?

—No..., No tengo vagina...—Susurró la chica.

—Oh, entonces tú...—Lauren abrió los ojos como plato.

—Así es... Tengo... Pene.—Confesó avergonzada.

—Me niego a aceptar tu propuesta.

—Bien, entonces dejaré que el personal del hospital mande a hacerte estudios para que se enteren de tu salud mental...—Dijo Camila con un nudo en la garganta. No podía creer que a pesar de haberle confesado su gran secreto aquella chica aún se negaba.

—Bien...—Accedió Lauren como si no le importase un poco.

—No puedo hacer eso... Me preocupas.—Se retractó.

—No entiendo porqué te preocupas tanto por mí. Soy una simple maldita extraña que ni siquiera te toma importancia.—Susurró Lauren.

Pero aquel susurro... Ese susurro había hecho que el pequeño y lindo corazón de Camila obtuviera una segunda grieta.

—No me importa. Lo estoy haciendo por ella, no por ti... No quiero que pase por lo mismo que yo.—Susurró también Camila. Camila ya tenía lágrimas en los ojos, sentía que en cualquier momento su alma se quebraría delante de aquella chica, pero no quería, Camila no quería llorar, no de nuevo... No quería.

—Entonces yo no te preocupo en lo más mínimo...—Comentó a lo bajo, haciendo que Camila cada vez se sintiese más culpable por las palabras que estaba diciendo.

—Necesito que llenen este formulario, por favor. Con los datos de ambas y de la niña...—Pidió la enfermera que estaba posicionada delante de ellas con un formulario en manos.
La enfermera entregó el formulario a las manos de Camila. Recibiéndolo con las manos temblorosas. Con los ojos borrosos comenzó a leer lo que el formulario requería.
Tanto de nombre completo, apellidos, así como dirección, nacionalidad, tipo de sangre y sexo.
Camila comenzó a llenar el formulario, colocando su nombre completo, así como la dirección de su departamento, colocando que era de nacionalidad cubana-mexicana, su tipo de sangre y su sexo... Claramente seleccionando la opción de Otros.
Entregando el formulario a manos de Lauren.
Lauren tomó el formulario agresivamente. Suspirando, leyendo los datos de aquella chica...

—Karla Camila Cabello Estrabao...—Leyó con su mente— Nacida el tres de marzo del noventa y siete... Nacionalidad cubana-mexicana... Cubana... Sexo: otros...

Heridas; Camren G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora