•20•

4.4K 394 37
                                    

Terminando de escribir lo que estaba en la pizarra, tocó el timbre que marcaba el final de la clase.

—Bien, Chicos, los veo la próxima clase... —Anunció el profesor mientras arreglaba sus cosas.

Camila se apresuró a guardar sus cosas en su mochila para después salir hasta la puerta del salón de clases, estaba a punto de salir cuando...

—¡Señorita Cabello! —La llamó aquel profesor de cabello naranja con peculiares pecas y gafas que no le sentaban mal.

—Profesor Sheeran —Camila nombró el nombre del profesor y aquel joven profesor le miró directamente.

—Oh, señorita Cabello, perdón por hacer que se detuviera—Se disculpó atentamente el profesor—¿Tiene usted mucha prisa?

—No mucha, pero es que alguien me espera en casa... ¿cómo ha estado?—Siguió la conversación.

—He estado de maravilla, gracias por preguntar, Camila...

—Y bien, ¿para qué soy buena?—Preguntó Camila y el profesor sonrió.

—Bueno,  he visto que eres bastante buena haciendo tu trabajo como estudiante, pronto serás una gran doctora...—Comentó haciendo que Camila se sintiera realmente halagada, ya que aquel profesor era un reconocido doctor.

—Gracias... —Agradeció avergonzada.
—Pero dejando eso de lado, yo... Necesito tu ayuda...—Camila frunció el ceño ante la petición del profesor.

—Soy toda oídos.

—Bien, necesito que...

—Bien, ahora tengo que presionar esta botón de aquí y...—Frunció el ceño mientras aplicaba fuerza contra aquel botón y sostenía una canasta llena de ropa sucia que pertenecía a Camila.
Arqueando sus cejas y arrugando su nariz debido a que aquella máquina no servía al parecer.
—¡Préndete puta mierda! —Exclamó la ojiverde estresada.

—Deberías controlar tu vocabulario, cariño...—Murmuró aquella chica que le resultaba odiosa a Lauren.
Lauren tan sólo la ignoró y siguió intentando prender aquella lavadora.

—Déjame ayudarte. —Dijo una chica que le resultó conocida, pero no sabía en dónde la había visto. Aquella chica de cabello rubio y piel bronceada, con aquel peculiar delineado en sus ojos.

—Gracias... —Agradeció Lauren bajando su vista, mirando aquellas zapatillas vans grises que yacían desgastadas.

—¿Eres nueva aquí? Nunca te había visto por aquí...—Preguntó la chica y Lauren de inmediato se sintió acorralada con tales preguntas. La chica por lo tanto echaba la ropa en la lavadora y Lauren observaba lo que estaba haciendo.

—En realidad tengo poco más de un mes viviendo aquí...—Respondió Lauren a lo bajo por lo que la chica se inclinó un poco para quedar a la altura de Lauren.

—Nunca te había visto, y créeme que estoy por segura que si viera un rostro tan lindo como el tuyo jamás lo olvidaría.—Murmuró con tono coqueto y Lauren pasó saliva, no sabía el porqué pero sentía que estaba cometiendo un acto impuro al haberle respondido a aquella chica—... Yo llegué apenas hace unos ocho meses, aunque nunca me la paso por estos rumbos porque mi rommie siempre lava la ropa.

—Así que vives con alguien más...—Remarcó Lauren en un murmuro.

—Bueno, hoy en día es lo más común —Sonrió—, ¿y tú vives acompañada?

Bastantes preguntas para Lauren, sino fuera porque la chica le estaba ayudando ya hubiese huído de ahí, pero tampoco quería ser grosera, bueno, si hubiese sido la Lauren de antes, ya se hubiese alejado desde hace unos minutos.

—Primero tienes que echar la ropa en la lavadora y... —La chica confundida miró la ropa interior—... Wow, yo..., siento mucho haber —Rió apenada y negó con la cabeza—. Debí haber supuesto que una chica tan linda como tú ya tenía a alguien que la esperaba en casa.

—Y realmente la estaba esperando... —Afirmó Camila mientras abrazaba a Lauren por la cintura.

¿En qué momento había llegado aquella chica y cómo sabía que estaba en la lavandería de los departamentos?
¿La respuesta?

Primero; Camila había sido llevada hasta a sus departamentos por su profesor de la universidad, a pesar de por más que Camila se negó al último accedió ya que no quería que su profesor se sintiera mal, además, ya anteriormente su profesor le había dado un aventón.
Y segunda; Lucía que estaba cuidando de Beth le había dicho a Camila en donde se encontraba su bella prometida.

—Camz... —Susurró Lauren.

—Oh, yo, yo siento mucho lo... No era mi intención, Camila, en serio, yo... Prometo no molestar a tu chica...—Balbuceó la chica avergonzada e intimidada.

—Más te vale, Hayley.—Gruñó Camila.

Lauren estaba confundida, ya que, ¿qué estaba pasando con Camila? Jamás la había visto actuar de aquella manera, pero por alguna razón, a Lauren le gustaba, la forma en la que había llegado por su rescate sentía que había caído del mismo cielo.

—Bien, bien, no es necesario que te enojes, Camila —la chica de nombre Hayley le extendió la canasta a Lauren, pero en lugar de que Lauren la agarrase Camila la arrebató de sus manos—. Nos vemos, Lauren...—Se despidió y después desapareció.

Extrañada, Lauren miró como camila con coraje echaba la ropa en la lavadora.
Trató de acariciar el hombro de la ojimarrón pero ésta en un impulso empujó la mano de Lauren.

—¿¡Qué mierda te pasa!? —Exclamó la rubia mientras limpiaba la sangre que escurría de su boca, producto de un golpe.

—¡No te quiero volver a ver cerca de ella! ¿¡Me escuchaste mierda!?—La sostenía fuertemente del cuello de su camisa.

—¡Eres una puta loca! —Escupió en su rostro y de nuevo un puño aterrizó en su rostro.

—¡Y tú una puta mierda!

Camila tan sólo sintió escalofríos al sentir el tacto de la ojiverde, empujando por accidente la mano de Lauren.

—Perdón, no fue mi intención...—Se disculpó Camila con un nudo en la garganta, viendo como Lauren parecía sentirse triste.

—¿Qué pasa entre ella y tú? —Interrogó Lauren y Camila sacudió su cabeza.

—No es nada, es cosa del pasado...—Aseguró cerrando la lavadora para después conectarla y encenderla—. Y cuando quieras lavar ropa tan sólo tienes que echarla primero, después conectar la lavadora y por último seleccionar la opción de Estándar. No es recomendable que selecciones la opción más alta, sino nuestra ropa se hará trizas y... —Hablaba sin prestar atención a la ojiverde.
Las manos de Lauren se posicionaron en las mejillas de Camila, para así captar la atención de ella.

—Quiero que me digas cuál es tu relación con ella.—Insistió Lauren al ver que Camila parecía querer cambiar de tema.

—Es un poco incómodo y me causa un poco de repugnancia al recordarlo...—Contó Camila y Lauren suspiró.

—¿Ella estuvo saliendo contigo?—Cuestionó Lauren con serenidad.

—Claro que no —Negó de inmediato—..., ella no salía conmigo pero sí con...

—¡Déjala!—Gritó asustada.

—¡No me pidas que haga eso! ¡no después de lo que te hizo!—Vociferó con los nudillos manchados de sangre y lastimados—, ¿¡Qué carajo estás haciendo!?

—Te lo contaré en casa...—Aseguró Camila y Lauren asintió.

—¡Llamando a tu madre para que venga y te tranquilice!

Y Lauren ni siquiera se imaginaba de lo que Camila era capaz.

—No es necesario, Dinah... —Dijo a la vez que soltaba a aquella chica que ya estaba quedando inconsciente.

Heridas; Camren G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora