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Ahí iba Camila, sosteniendo fuertemente la mano de Lauren. Conduciendo con cuidado, desviando de vez en cuando su vista, para fijarla en el retrovisor y mirar a su familia que yacía reposando. Al parecer todos estaban exhaustos por el largo viaje; excepto Camila, ella ya estaba acostumbrada a hacer este tipo de viajes tan largos, sólo que regularmente no era ella quien conducía.
—Camz... —murmuró aquella voz ronca adormilada. Camila sonrió con tan sólo escuchar la voz que provenía de su lado—..., quiero hacer pipí...

Camila de inmediato apretó los labios para no reír al escuchar esto. Había sido un gesto tan tierno...

—Ya casi llegamos, Lern...—Dijo Camila mientras miraba por los espejos laterales, verificando que ningún carro viniese detrás de ella. Mirando de reojo a la ojiverde que al parecer no quería hacer ni el mínimo esfuerzo por levantarse.

—¿No podemos parar en una gasolinera?—Cuestionó levantándose de golpe asustando por completo a la latina— Ya no aguanto, Camz, en serio necesito ir al baño.—Afirmó volteando a hacia la ventana, bajando por completo ésta para tomar aire del exterior.

—Haciendo eso sólo ganarás que te den más ganas de ir al baño —Aseguró Camila colocando suavemente una de sus manos sobre el muslo desnudo de la ojiverde, pasando sin intención alguna sus dedos sobre el borde de su short, haciendo que Lauren diese un pequeño grito ahogado, sintiendo el cómo su piel se estremecía.

—Y si sigues haciendo eso voy a... —Negó con la cabeza mientras pasaba saliva, mordiendo ligeramente sus labios, manteniendo su rostro fuera del coche, inhalando el frío viento que hacía que su rostro quedase helado. Cerrando sus ojos soltando un gran suspiro al aún sentir la mano de Camila reposando en su regazo.

—Tienes bastante suerte, mira —Comentó alegre, con una pequeña sonrisa, retirando su mano del muslo de la ojiverde para llevarla al volante y dar la vuelta. Lauren abrió sus ojos, y pudo observar a lo cerca una gasolinera. Las luces de la gasolinera encandilaban sus ojos por completo, tapando con su rostro por completo con su brazo.

Cuidadosamente Camila se estacionó en la gasolinera, apagando la camioneta y colocando el freno de mano, subiendo la ventanilla que estaba baja.

—Creo que ya no quiero ir al baño...—Murmuró Lauren al ver el cómo dos personas tragándose a besos entraban por la puerta del baño para mujeres.

—¿Eh? —Camila distraída con su cinturón, quedó confundida ante el comentario repentino de la ojiverde.

—No quiero ir sola.—Murmuró Lauren en un puchero, cruzando sus brazos cómo si fuese una pequeña niña, estirando sus labios.

—¿Quién dijo que irías sola?—Cuestionó mientras abría lentamente su puerta, saliendo así del auto para ir a hasta la puerta de Lauren. Sintiendo el cómo la fría brisa del viento abrazaba por completo su cuerpo.
Abriendo lenta y cuidadosamente la puerta de Lauren.
—Vamos —Dijo Camila tiritando debido al frío que había.

—Mmmm... —Lauren entrecerró sus ojos, soltando un gran suspiro, extendiendo su mano, la cual sería tomada por Camila en menos de un abrir y cerrar de ojos.

—Esa es mi reina... —Camila rió tiernamente a lo bajo al ver lo tierna que era Lauren, era extraño que su comportamiento fuese así.
Rápidamente comenzaron a caminar hacia a el baño de la gasolinera.

Lauren en cuanto miró el primer cubículo vacío, entró a él. Camila tan sólo se recargó sobre la pared del baño, observándose a sí misma por el espejo del baño.
Mirando su propia sonrisa boba, sintiendo el cómo su estómago se revolvía, sintiéndose feliz...

—Camz...—Se escuchó detrás de aquella puerta.

—¿Sí?—Preguntó Camila lamiendo sus propios labios.

Heridas; Camren G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora