Recuerda que te amo ~Cashton~

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Acarició su mejilla con un solo roce, como si fuera lo último que tocaría de él, aunque era posible que así fuera. Su piel tan sueve y cálida al contacto con sus dedos.

—Dime tu nombre una vez más, por favor — pidió él con los ojos entre cerrados, a pesar de que ya lo sabía de memoria y de que apreciaba cada silaba y letra de ese nombre, siempre era un verdadero placer escucharlo de esos labios perfectos.

—Calum— susurró el moreno frente a él, que no podía describir todos los sentimientos que lo embriagaban en aquel momento.

Él sonrió, haciendo que sus dos hoyuelos aparecieran, Calum deseaba besar cada uno y rozar con sus labios la comisura de los de Ashton.

¿Cuanto había pasado que se conocieron? ¿Tres? ¿Cuatro días? No era posible que aquellas dos personas sintieran y pensaran como si fueran una sola en tan poco tiempo. Era imposible en un mundo cualquiera. Pero no para el que estaban experimentando.

Esas dos almas que en otros tiempos fueron una sola justo como lo era en el presente.

Se conocieron, se amaron, pero fueron destruidos por los errores de otros.

—Te amare, siempre lo haré... Incluso después de la muerte— había dicho Calum en aquella época.

Y así fue, porque sino fuera por aquella promesa, no se hubieran encontrado de nuevo, habían estado vagando dos almas por la eternidad, a la espera de encontrarse y hallarse una vez más.

—No tienes que irte— susurró Calum minutos después de que Ashton retirara su mano.

—Sí, claro que sí — contestó él sin querer abrir los ojos, pues no podía mirarlo y no porque no quisiera, sino que le dolía la realidad.

—Quizá existan otros métodos— dijo como una suplica, negándose al terrible y doloroso destino—, te tengo por fin, no te dejare ir. No esta vez.

Aseguró aferrándose a la esperanza de que existieran otras posibilidades para no separarse.

—Nunca me dejaste ir, amor mío — le dijo abriendo los ojos, sin soportar ver como en los cafés de Calum se acumulaban lágrimas amenazantes—. Siempre seré tuyo, porque tu alma y la mía cantan la misma canción, seré tuyo, en cualquier mundo— su voz se quebró y tuvo que respirar hondo—. No importa lo que suceda, Calum, necesito que recuerdes que te amo.

Y cómo no lo iba a recordar, si en cada vida que pasaba el recuerdo de sus caricias estaban presentes, el tacto y la calidez de su presencia.

Pero las palabras eran solo un impulso para asegurar lo que prometían, sin embargo, Calum no pudo resistir más y sus labios se deslizaron sobre los de Ashton, casi como un susurro, un ligero toque que sirvió para desencadenar y desatar las emociones reprimidas de cada uno.

La seguridad de Ashton para poder tomar la decisión de irse a terminar lo iniciado para poder permanecer junto a Calum desapareció momentáneamente con ese roce delicado.

¿Como podría negarse a la esperanza de que hubieran más posibilidades si Calum lo estaba reteniendo de la mejor forma?

Sin embargo, solo fue instantáneo, debía asegurarse de que el enemigo ya no existiera, ni en esa vida o en otra, porque el amor de Calum lo valía, solo así podría asegurar un futuro libre.

—Te prometo que cuando todo esto cambie, tendremos una vida mejor... Una donde no tengamos que morir para reencontrarnos— habló Ashton al separarse un poco de Calum, tomándolo de las manos y besando sus nudillos.—Y aunque llegara a fracasar...

—No importa lo que suceda — interrumpió Calum—, siempre te encontraría, sin importar lo escondido que estuvieras— y rió un poco ante la pequeña broma que Ashton también compartió.

—Espero que sea así— y lo besó por última vez en aquella vida.

—No diré adiós, porque es de mala suerte— advirtió Calum.

—Lo sé, lo sé, cariño — soltó sus manos y se encaminó a esa oportunidad de tener un mejor futuro—. Nosotros somos el principio— susurró Ashton antes de desaparecer entre las sombras.

O. S CASHTON Y MUKEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora