Sé que te vas | Cashton

221 24 10
                                    

N/a: Esta historia está inspirada en algo que me sucedió hace poco, dedicado a una persona, así que entenderé si no es de su agrado. La narración será desde el punto de vista de Calum.

Todo inició cuando comencé a subir diferentes historias y muchas cosas graciosas en Facebook.

Yo nunca creí que alguien las vería. Pero de entre todas esas personas que leyeron y se rieron, estuviste tú.

No fue algo romántico o profundo, de hecho, cuando comencé a saber de tu existencia, fue porque mi autoestima me hacía publicar cosas ridículas.

Una de esas cosas fue que dejaría de escribir, que estaba tan mal que no quería absolutamente nada.

Tú dejaste un mensaje (aunque muchos también lo hicieron), me apoyabas, me ofrecías tu amistad. Me entendías.

Tú querías ser mi amigo.

Y yo también lo quería. Así que lo fuimos, compartimos muchas cosas; secretos, anécdotas, gustos.

Recuerdo como es que las pláticas se convertían en interminables diálogos.

Estuve ahí para ti y tú estuviste ahí para mi. Las veces en las que platicamos y que nos provocabamos risas, eran los momentos más felices de mi vida, cuando me podía desconectar del mundo.

Me contaste que un familiar tuyo importante murió cuando eras pequeño y yo me identifiqué contigo, porque mi hermana había muerto cuando yo tenía tan solo nueve años.
Te conté que me sentía culpable por eso y tú me diste palabras para animarme.

Me platicabas de cómo tu familia no entendía tus sueños, de cómo se te dificultaba el convivir con ellos y yo me frustraba por no poder hacer algo, me sentía inútil.

Te conté un gran secreto... Tenía mucho miedo de confesartelo, tenía miedo de que quisieras alejarte de mí por lo ridículo que era...

Pero como siempre, estuviste para mi. Y yo lloré de felicidad porque por fin alguien me entendía como lo quería.

Me platicaste sobre tus amigos que no eran buenos, pero que siempre estuviste ahí. ¿Sabes? Siempre sentí envidia por ellos, porque ellos si podían verte y abrazarte... Y yo tan solo podía hablar contigo por mensaje.

Recuerdo cuando te sorprendiste cuando te dije que me importabas y que te quería mucho. Me dijiste que era como un cumplido y yo me sonroje porque creía lo contrario.
No me da vergüenza decirte que te quiero mucho, mucho.

La mayoría de veces puse mi bienestar por el tuyo, siempre, siempre voy a preferir que tú estés feliz. Quizá nunca te lo dije, pero en serio, en serio, Ashton, mereces lo mejor del mundo, mereces estudiar donde quieras, ser alguien exitoso...

¿Sabes por qué te deseo eso? Es simple, porque tú si te quedaste cuando muchos se fueron.

Y me arrepiento de lo que hice.

Yo... Yo creí que todo estaba bien, pero entonces las noticias corrían, nuevos éxitos para personas se avecinaban... Tu entrabas en esos éxitos, y yo no.

Me dolió saber que por eso me hayas dejado de hablar incluso después de que te dijera que tu no tenías la culpa de mi mala suerte. Me dolió saber que era probable que te podría perder.

Supongo que mis miedos son los peores demonios que pudiera tener. Le temía al tiempo, no quería que los días pasaran, porque sabía que en cualquier momento esto tan maravilloso terminaría.

Y sé que fue mi culpa, pero ya no quería perder más la dignidad, quería ignorar un poco tus mensajes, quería tardar en contestar así como lo hacías tú, pero me conozco y sé que estaría para ti dos segundos después de ver que llegaba algún mensaje nuevo de tu parte, incluso sabiendo que tú tardabas dos horas o dos días.

Sigo teniendo miedo, sigo llorando por las noches, sigo haciendome daño.
Sigo estando roto. Y, sobre todo, sigo sabiendo que a pesar de todo, tú me olvidarás.

Sé eso porque ¿Quién querría ser amigo de alguien que está tan jodido como yo?

Yo me quedaré estancado en mi casa, sin estudios, sin ambiciones, hundido en una profunda depresión, escribiendo miles de cosas que jamás se harán realidad.

Y tú conocerás a muchas personas, vivirás en nuevo lugar, sabrás los gustos de otras.

Yo te quiero tanto, tal vez demasiado. Y no me arrepiento.

Deseo que me recuerdes como el chico que te hizo reír algunas veces, como el tonto que filtró muchas cosas por ser distraído, que recuerdes a quien tenía ideas locas y escribía a veces raro... Quiero que en tu memoria queden esas cosas buenas, no que recuerdes a la persona que tenía el autoestima baja, que lloraba y se maldecía por ser inútil, que bebía por no lograr sus objetivos, no recuerdes eso, por favor.

Sé que hay una persona a tu lado en este momento, alguien que no está roto como yo.

Sé que él te hará feliz. Sé que él te dará todo lo que yo no te pude dar.

Sé que te vas y no hay nada que yo pueda hacer.

Es probable que esto tú no lo vayas a leer, Ashton. Pero te lo volveré a decir, así como en mi último mensaje que te dejé: No quiero dañarte con mis pedazos rotos, no deseo verte preocupado por alguien tan masoquista, lo que yo quiero es que seas feliz... y yo no entro en eso.

Te agradezco que fueras esa parte importante de mi vida que me dio ganas de despertar por las mañanas, porque lograste ser ese amigo y compañero qué me comprobó con pequeños detalles lo valioso que era vivir.










O. S CASHTON Y MUKEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora