No lies, Just love 2T|| «Hopev»

Seis~

Alguien me estaba llamando, lo sentía, muy leve pero lo sentía... El sonido estaba taladreando en mis oídos... No quería contestar, quería que el sonido parara y así poder dormir tranquilo pero nada de eso sucedió, porque quién llamaba se empeñaba en recibir una respuesta.

Puedo jurar que no ha pasado ni dos horas desde que caí dormido... ¿O será que ya es un nuevo día y no me he dado cuenta?

Ya entendiendo que el ruido no pararía y la llamada no dejaría de sonar a duras penas estiré mi brazo para poder tomar el teléfono, lo había dejado cargando en el mueble, tanteaba la fría madera en busca del maldito aparato y no lo encontraba, tanta fue mi torpeza que pasé a botar el vaso con agua que se me ocurrió dejar en caso de que me diera sed en la madrugada, cayó al suelo y me lamenté porque después tendría que limpiar.

—¡Agh! Maldición... ¡Maldito teléfono!— Exclamé ya perdiendo la paciencia.

Como si aquel aparato se hubiera apiadado de mi, en un segundo ya estaba en mi mano.

—¿Qué?— Dije fastidiado al contestar. Definitivamente nunca interrumpan mi sueño— ¿¡Qué!?— Volví a decir cuando nadie al otro lado contestaba.

De un momento a otro, todo se estaba volviendo más raro cuando el maldito sonido de la llamada se seguía escuchado en la habitación...

¿Estaré soñando?

Abrí los ojos con ganas de matar al primero que se aparezca frente mío, entonces me incorporé, me senté aún con los ojos pesados de sueño y me di cuenta que lo que sonaba no era mi teléfono... Si no que era el computador... El cual me estaba avisando que tenía una video llamada.

Soy estúpido.

Automáticamente, antes de que se cortara, acepté la llamada y la cara de Hoseok apareció tras la pantalla... Una sonrisa tonta se formó en mi rostro reemplazando el enojo que tenía momentos antes. Muy a diferencia de él que se empezó a reír como idiota apenas me vio y se reía con esa risa estruendosa, típica de él.

—¿Que te ríes?— Dije retomando mi antiguo enojo, mi ceño fruncido y una expresión de completa indignación fue lo que decoró mi rostro— ¿Tengo algún payaso en la cara? Idiota— Esto último lo dije bajo, para que sólo yo pudiera escucharlo.

—Quizás no un payaso— Dijo entre risas— Pero si una almohada y mucha baba— Dijo apuntando su propio rostro para que me diera cuenta donde tenía marcas.

Lo miré un momento y luego mi mano se posó por mi mejilla y me di cuenta que esta estaba algo húmeda.

Automáticamente me levanté al baño, mientras escuchaba sus gritos desde el computador, fui a verme al espejo y literalmente mi rostro estaba lleno de líneas rojas que simulaban a la perfección la forma de mí almohada, además mi mejilla brillaba debido a la humedad de mis propias babas.

—Hoseok me vio así...— Dije haciendo una mini pataleta como si de un niño se tratara. Aunque yo bien sabía que Hoseok me había visto en peores circunstancias pero aunque pasen los años siempre me voy a querer ver decente y bonito ante él.

Me limpié un poco, me arreglé rápidamente y cuando volví a verle, éste se estaba colocando su ropa de trabajo. Vi la hora en la esquina de mí pantalla y noté que eran las tres de la mañana. Para él deberían ser las siete de la mañana... Así que se estaba preparando para ir a trabajar.

—Te extrañé— Dijo mientras se arreglaba su corbata— Pensé que te irías a encerrar al baño y no saldrías hasta recuperar tu dignidad.

—Idiota... Tenía sueño— Le dije mientras me acomodaba en la cama— Sabes que no me gusta que me veas en situaciones vergonzosas— Le comenté cruzando mis brazos.