Confuced Memories

La Casa

– tío tu vecino es raro– informo Scott jugando con la pelota, el pelinegro había tenido la amabilidad de sacarla de la piscina, lanzándose a la misma para luego darle el objeto a Stiles y salir disparado al interior de la casa.

– no es raro Scotty, es ¿diferente?– pronunció con diversión.

– ¿chicos vamos a seguir jugando?– la voz de Isaac atrajo la atención de los dos pequeños, apenas empezaba a conocerlos. Le caen bien, pero preferiría ver de nuevo a ese joven que le invitó un helado, él si le caía muy bien.

– ¡ISAAC!– grito el castaño asustando al de rizos– ¿tienes bañador?– pregunto llendo al encuentro del de ojos azules.

– N-No– responde retrocediendo un paso– ¿vas a pegarme?

– no, ¿por que te pegaria?– pregunta confuso.– no tienes– confirma pensativo– entonces consigamos uno.

– ¿Para que?– pregunta dudoso, Isaac dudaba de que quisiera aún bañador.

– mi vecino tiene piscina y vamos a convencerlo de que nos deje usarla– informa tomando una pose rígida– nuestra misión cabos es esa a partir de ahora ¿entendido?– menciona haciendo el saludo militar.

– si capitán– responde el morocho tomando la mano del de rulos para seguir el juego del joven castaño– solo una cosa Stiles ¿como vamos a hacerlo?

– ¿galletas?– pregunta rascando su nuca– ¿Dinero?

– no creo que le vayan las galletas– réplica el moreno– no tenemos dinero.

– una bufanda– agreda el de rulos atrayendo la atención de los dos presentes– yo solo decía– aclara rápidamente con las mejillas rojas, a él si lo convencían con una bufanda, lo malo es que no tiene piscina.

– bien, pensemos en algo– dice Stiles tomando paso a donde antes estaban jugando– al último no le doy jugo– menciono empujado al moreno y jalando a Isaac para que corriera.

– Stiles– réplica el moreno haciendo un gran puchero– yo quiero jugo– mencionó caminando perezosamente.

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– ¿A qué debemos el rayo de sol Derek?– pregunto Angy mirando al moreno, estaban cenando. Para todos era algo imposible no ver la sonrisa bobalicona asomando sus dos dientes de conejo.

Derek no había dejado de sonreír después del encuentro con Stiles y es que no era para menos, su lobo a pesar de no percibirlo sabía quién era, tenía que investigar de quién era la casa, si del morocho, de la gelatina o del castaño, sea cual sea el resultado la única cosa que importaba era que su chico estaba al otro lado de la cerca, en la otra casa– míralo, miralo– acuso Peter– anda de pervertido– mencionó borrando casi por completo la sonrisa de Derek, aunque está amenazada por salir nuevamente.

– ¿Por qué?– pregunto Alondra dirigiendo su mirada a Derek.

– Derek vio a su novio– confesó Talia, ocasionando que Derek bajara la cara algo colorado, sonriendo levemente.