La Casa de a lado

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Derek estaba rechinando los dientes a cada ocasión, habían salido a primera hora de la mañana del hospital.

Una parte de él agradecía que podían salir de ese lugar, el olor a desinfectante, medicina hacían que su lobo se sintiera enfermo.

No lo dirá en voz alta, pero después de días en el mismo, se enfermó, ese lugar solo enfermaba a la gente, sentía como la esperanza de muchas personas salía por la puerta grande, dejando depresión a su paso.

Una de las cosas que no le gusta, es el diagnóstico de la señora Stilinski, solo una vez había recaído, mientras varios doctores intervenian a la paciente, dos enfermeras habían hablado sobre ello, fuera de su cuarto, dejándole un amargo sabor de boca.

¿La señora Stilinski se moría?

La perspectiva que tiene de esa castaña es mucho más de lo que los doctores informaban, cada día le veía mejor, como si de pronto la flor de su vida hubiera decidido retomar su fulgor.

La veía con más color, más brillo en su mirada, incluso su sonrisa se parecía más a la de su mini-novio solo en ese momento podía decir: te pareces a tu mamá cuando sonries.

De alguna manera sabe que su pequeño está disfrutando algo que el otro no pudo, algo que el otro hubiera querido gozar.

Sabía que era un poco inútil, sabía que pensar que él volvería era una locura, según su experiencia y que vio como veinte veces viaje al futuro para tener una idea de que demonios sucedió con su chico, una de las posibilidades era que con el cambio que hizo, su futuro cambio y como tal, ese Stiles no existía.

Que ese principe que le rescató se había perdido en el mar del olvidó, esperando que su futuro fuera mejor.

Recordarle dolía, pesaba pensar en que pudo darle algo que nadie más merecía, su amor.

No era un capricho, no era un simple amor pasajero, era algo enorme.

Varias noches de ese encierro soño con él; con la edad que le conoció, ese adolescente crecido que le rechazaba o llegaba a coquetearle en algunas ocasiones, luego despertaba pensando en que el aparecería en el marco de la puerta, calmando su ataque de pánico, pero eso nunca sucedió.

Según lo que su madre decía era imposible, no podía entrar en ese estado, su parte lobuna lo impedía, pero él es el que siente como su pecho se quedaba sin aire, como su vista se nublaba, sentía como poco a poco su propio cuerpo lo traicionaba, sentía como lo iba apresando hasta dejarlo inconsciente.

Decir que tenía que olvidar por el bien de todos era fácil decirlo, pero como hacerlo si en sus sueños aparecía, si en su pensamiento aparecía sin querer.

¿Así abría sido en el otro futuro?

¿Su otro yo pensaba en Stiles de la misma forma en que él lo hacía? Tal vez no, de las noches en vela que pasó en el hospital, mirando por la ventana, intentando buscar una vía para traerle de vuelta logro llegar a una posibilidad.

El llanto de Stiles se lo confirmaba con fuerza, su otro yo se negaba a amarle ¿Por qué? Si por el había hecho mucho, lo había sacado de la miseria, si ese era el Stiles del futuro, aún no siendo él, ese castaño hubiera hecho lo posible por sacarle del fango.

¿Por que su otro yo se negaba a hacerlo?

¿Se había mancillado a tal grado que no se reconocía? Tal vez su otro yo sentía que no era suficiente, que no valía la pena luchar por ese sentimiento, tal vez lo había hecho con tal de no meter esa flor en el fango.

Confuced MemoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora