De Ruedas a Cinta de Aislar II

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¡Mierda!– grito en frustración total, ¿Como había conseguido cochar? Se había vuelto un experto en eso de la conducida.

Me suenan los oídos– Derek adoraba ver a Stiles de espaldas, no es que se imaginará cosas con esa cadera delgada, esos hombros un poco más anchos y esas nal...

¡Joder!– Stiles grito lanzándose en contra del Jeep, llevando una mano a su pecho intentando que su corazon no saliera corriendo a dos patas– ¡Derek!– exclamó en un tono menos alarmado.

¿Que estás haciendo?– preguntó tomando su batido.

La mente lujuriosa de Stiles increíblemente se perdió en los labios de Derek, como se tornavan en una "o" perfecta, mientras que poco a poco la mirada del castaño se perdía en el liquido que rellenaba la pajilla– Yo... este... yo... Estaba... yo– Derek levanto una ceja esperando a que Stiles terminará de hablar su idioma personal, para que finalmente le dijera que demonios hacía.

Cállate– intervino Derek colocando su mano sobre la boca de Stiles– respira– menciono pasando su lengua ligeramente por sus labios– conecta tu cerebro con tu boca– demandó ajeno al licuado de hormonas que era Stiles en ese momento– ¿Ya?– pregunto evaluando la situación.

Stiles asintió levemente, perdido en su imaginación, Derek le estaba tocando, bueno está más cerca de lo habitual y ¡Diablos le estaba tocando!– ¿Que estás haciendo?– pregunto el lobo con calma separando su mano para que finalmente Stiles pudiera hablar, cada palabra que salió del moreno fue acompañada con ligeros espacios de tiempo.

Con el tiempo había aprendido a bajar la nube de palabras, algunas veces eran frases en doble sentido que fundían momentáneamente las neuronas de Stiles o como último recurso era precisamente eso, callarlo y hablarle como si su mundo entrara ligeramente en Slow Motion Nada– respondió con demasiada rapidez, Derek tomo como mentira hasta la respiración que tenía en ese momento.

¿Que hiciste?– preguntó algo más autoritario, dos cosas había aprendido en el lapso de tiempo que llevaban viviendo como vecinos.

Una: Ningún Stilinski es inocente y Dos: todo es culpa de Santa.

Stiles miro instintivamente hacia el Jeep, no quería que vieran lo que había hecho, de hecho debería rogarle a Derek que no dijera nada, su precioso estaba condicionado ¡CONDICIONADO! una más y volvería a la vida de tranceunte, el no puede vivir a dos pies, es torpe y odia caminar, lo odio desde el día en que aprendió que la caja de velocidades es para eso precisamente para ir más rápido.

Stiles– demandó gruñendo ligeramente para que el nombre de Stiles sonará más amargo.

El aludido se vio atrapado como un conejito, arrinconado y rodeado por feroces lobos que le comerían si no cantaba su fechoría– rompí el Jeep– susurro esperando que el moreno no le hubiera escuchado.

Derek también había aprendido a poner esa cara de no escuché lo que dijiste, que sorprendentemente le servia también para decirle idiota de manera discreta– tome el Jeep– Stiles soltó la oración como si fuera lo peor de las infamias del mundo– lo he roto.

Derek evaluó la situación una vez más en su cabeza– Stiles– el cuerpo del castaño se estremeció en el momento en que su nombre fue pronunciado por esos labios, era tan pornográfico como sonaba.

Confuced MemoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora