C A P I T U L O 01

3.7K 212 18
                                    

Los Angeles, California.
ONCE MESES DESPUÉS...

Me quedo mirando detenidamente la fotografía en mis manos e inevitablemente se hace un gigantesco nudo en mi garganta, como cada vez que lo hago, pero también sonrío

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me quedo mirando detenidamente la fotografía en mis manos e inevitablemente se hace un gigantesco nudo en mi garganta, como cada vez que lo hago, pero también sonrío.

Zab tiene su rostro hundido en mi vientre mientras yo me revuelvo tirando mi cabeza hacia atrás, riendo ante sus cosquillas y feliz. Fué un momento perfecto, sabiendo que mi chico estaba feliz de que íbamos a tener un bebé, íbamos a ser papás. Dios, hubiera sido perfecto tener un bebé con sus bellos ojos, su oscuro cabello y su nariz, con unas pequeñas manitas y caminando por toda la casa a estas alturas. Nuestro hijo hubiera tenido casi un años, de no haber pasado lo que sucedió, aquel suceso que nos arrancó esa dicha. No seríamos sólo Zab y yo, seríamos, Zab, él y yo. Una hermosa familia, pero también sé que en algún momento, pronto tal vez, podríamos hacer ese sueño realidad, aunque de igual manera me da miedo que Zab no se sienta preparado aún, por lo cual trato de no mencionar el tema y la posibilidad de volver a intentarlo, él por otro lado creo que también intenta evitarlo y eso no me hace más que confirmar que aún se culpa. Sé cómo lo golpeó todo de fuerte cuando recuperó la memoria y se dió cuenta de todo lo que había pasado con nosotros, conmigo. Lo amo tanto y no quiero ver nunca más esa expresión de culpabilidad en su rostro, no quiero que vuelva a mirarme como si no mereciera estar conmigo, por lo cual ni siquiera sabe que conservo ésta foto, pero también sé que ésta vez sería diferente, no hay nada que se interponga, estaríamos más preparado y además, ahora soy su esposa. La chica desconocida que conoció al caer frente a su auto una noche y la que salvó a costa de su propia vida y él... Él es mi héroe, mi esposo, mi todo.

Mi chico de ojos verdes.

Sólo bastan esos pensamiento y vuelvo a sonreír, dejando a un lado los malos momentos y recuerdos tristes que aún logran colarse en mi felicidad.

Guardo la foto en lo profundo de mi buró no queriendo que en algún momento la encuentre, pero luego tiro mi antebrazo sobre mi frente y bufo un poco sintiendo ese pinchazo de tristeza al recordar que estoy enojada con él desde anoche. Muy enfadada.

¡Me dejó plantada!

Dos noches...

Dos noches que me dice que cenaremos juntos y al fin me llama diciendo que no podrá llegar temprano. Hace dos noches atrás lo hizo, lo acepté, pero anoche de igual manera sucedió y me dolió. Nunca había pasado. Sé que a veces el trabajo es un poco complicado y ahora más que está al frente de su equipo en la Agencia de Investigación, ya que Arthur está ejerciendo el cargo en otro centro del FBI a las afueras de la ciudad hace algunos cincos meses. Me siento feliz de que mi chico haya logrado liderar un grupo importante, haciendo justamente lo que le apasiona, aunque de igual manera no dejo de tener miedo por él o que algo pueda sucederle, pero lo apoyo en todo, aunque yo también necesito espacio con él. Lo necesito.

Jamás Te Soltaré #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora