Jamás Te Soltaré #2

C A P I T U L O 02

Me muevo por centésima vez intentando conciliar el sueño, pero ya me he convencido a mí misma que es en vano. Son las 02:25 AM y aún me encuentro desvelada e intranquila.

Zab y yo nos dormimos hace algunas horas y por alguna extraña razón me desperté hace un momento sin poder encontrar la manera de volver a dormir.

Ya se me acaban las opciones.

Cambio de posición nuevamente sintiendo a Zab moverse y gruñir al mismo tiempo, por lo cual decido salir de la cama ya que no quiero despertarlo, pues de seguro está cansado y mañana tiene que trabajar.

Me levanto con cuidado tratando de no hacer mucho movimiento al salir de la cama y una vez fuera de ella lo veo volver a moverse intranquilo varias veces, como si notara que ya no estoy a su lado, lo que me hace sonreír.

Nunca me podría arrepentir de haberlo conocido, porque él es mi vida. Es el hombre que sin duda se roba mi corazón cada día, el motivo principal de mis sonrisas y el ladrón de mis suspiros. Mi todo.

Dejo de acosarlo mientras duerme y camino sigilosamente hasta el pasillo y después hacia la cocina, en busca de un vaso de agua, sintiendo mi boca un poco seca y tal vez me ayude a calmar mi ansiedad.

Después de tomar el agua camino un poco por el espacio del departamento convenciéndome de que ya no tengo otra cosa que hacer aquí sola, más que volver a la cama. También necesito descansar ya que yo también trabajaré mañana.

Sonrío.

El día que Zab y yo nos casamos, entre los invitados conocí a Lucy. Es la esposa de Leo, uno de sus compañeros de trabajo, y mientras platicábamos me habló de la fundación "Life" donde trabaja con niños especiales y me contó que necesitaban mas personas que pudieran ayudar. No reaccioné al momento, pero después de un tiempo y contarle a Zab me comuniqué con ella y me ofrecí.

Fué hermoso y al mismo tiempo doloroso conocer a todos esos niños después de haber perdido mi hijo. Es un lugar donde se les enseña que no son menos por ser especiales y tener problemas como el: Asperger, Autismo, Angel, Déficit de atención, Bipolar pediátrico, cristal...son tantas las cosas por las que pasan y a las cuales se enfrentan a sus cortas edades. Al conocerlos y ver todas las áreas me dí cuenta que hacía falta una maestra de música. No soy exactamente profesora pero allí no hace falta profesionalismo, sólo personas dispuestas a ayudar. Entonces, ahora doy clases básicas de piano a esos hermosos niños.

Zab se siente orgulloso de todo lo que he logrado conforme pasa el tiempo y sé que lo que más desea es que tenga una vida normal. Me lo demostró cuando en mi último cumpleaños me regaló mi propio auto y ahora puedo salir por mi misma.

Salgo de mis pensamientos cuando entro a la habitación nuevamente y puedo distinguir a mi chico bajo las sábanas, tranquilamente dormido, entonces ahora mi única intención es abrazarlo y esperar a que el sueño me venza junto a él. No sé siquiera porqué me he desvelado ésta noche, tenía tanto tiempo que no me pasaba, había pasado mucho desde que había sentido ésta intranquilidad dentro de mí, pero en medio de mis pensamientos e intentos de llegar a la cama no me percato cuando choco con algo y al momento siento un brusco movimiento en la habitación, se enciende la luz y caigo al suelo al encontrarme con la mirada fría de Zab, sus ceño fruncido y su arma apuntando directamente hacia mí.

¡Diablos!

De mis labios se escapa un grito agudo y me quedo observándolo aterrada unos segundos, su expresión se suaviza mientras asimila la situación. Abandona de un salto la cama, dejando caer la pistola entre las sábanas y viene hacia mí, mientras permanezco quieta en mi lugar, sintiendo como todo mi cuerpo tiembla.