Jamás Te Soltaré #2

C A P I T U L O 07

Ordeno una y otra vez la maraña de cabello oscuro de Zab mientras él permanece dormido a mi lado con su rostro sereno hundido sobre la almohada.

Pasé todo el día mirando el calendario y es que aún no puedo creer que estaremos de aniversario en sólo lo que será una semana. Había imaginado esta fecha muchas veces, tantas que no puedo recordar, pero es mucha la emoción que siento  sabiendo que es nuestro primer aniversario de bodas y no sé que pasará, ni siquiera hemos hablado del tema y me entristecería mucho que no lo recordara. He notado lo agestreado que lo tiene el trabajo en los últimos días, pero confío en que no olvidará una fecha tan importante para ambos.

Han pasado uno que otros días desde que me emborraché como una tonta y aún me pasa que no recuerdo nada.
Intenté hablar con las chicas cuando fuí a la fundación, pero parecían evitar el tema y no las presioné. Por otro lado estaba Zoe, quien no había visto desde esa noche. Suspiro con derrota y niego con la cabeza evitando pensar en las tonterías que puedo hacer a veces. Tal vez me estoy abogado en un vaso de agua y además lo bueno es que Zab y yo estamos bien.

Hoy habíamos prometido ir a comer con Sandra a su casa, pues teníamos   días sin verla y Zab se sentía preocupado ya que ahora se encuentra sola en casa. Decidimos encontrarnos allá a la hora del almuerzo para no tener que pasar por mí, pero desde luego llamó para informar que un compañero había salido herido en un operativo y estaba en el hospital. Queria estar con él y me ofrecí para ir a acompañarlo, pero insistió que no era necesario, solo me pidió que me quedara con su madre y le hiciera compañía, así que le explique toda la situación a Sandra y ella entendió perfectamente. Hicimos una comida riquísima, almorzamos juntas y hablamos toda la tarde entretenidamente, aunque estaba preocupada por Zab no quise mostrárselo y preocuparla a ella también.

Lo bueno fué que Zab llegó temprano lo que me tomó por sorpresa, pero me alegró, aunque parecía muy cansado. Se dió una ducha rápida, luego nos metimos a la cama a conversar acerca de nuestro día. Le pregunté acerca de su amigo y me dijo que estaba fuera de peligro. También me dijo que había tenido mucho trabajo, pero decidió venir a casa después de salir del hospital y tan cansado como se veía se quedó profundamente dormido en medio de nuestra plática  así que me decido a dejarlo descansar
y me levanto de la cama para ir a la cocina a preparar nuestra cena. De seguro cuando despierte tendrá algo de hambre.

Cuando salgo de la habitación y camino por el pasillo hacia la cocina escucho que tocan a la puerta y me detengo confundida.

No espero a nadie.

Igual cambio de dirección hacia la sala de estar. Entonces cuando estoy a un solo paso de la puerta y me dispongo a mirar por el ojo de la misma escucho una voz apagada.

—¡Vila!

Es Zoe...

Me apresuro e inmediatamente abro me encuentro a una chica con su rostro sonrojado por las lágrimas al igual sus ojos. Se abalanza a mis brazos tan pronto como me vé y no dudo en rodearla algo confundida.

Solloza un poco.

—¡¿Zoe, qué pasa?! —le pregunto un poco sobresaltada sin dejar de sujetarla contra mí.

—Calvin terminó conmigo —habla en medio de los murmullos de sus lágrimas —¡Es un imbécil!

Mis ojos se abren de la impresión y eso no ayuda nada, porque al momento que se separa de mí, hace una mueca.

—No entiendo Zoe ¡¿Que pasó?!—murmuro casi sin voz, no quiero incomodarla y me puedo imaginar que no es fácil para ella decirlo. No me esperaba ésto. Han pasado una que otras cosas y se me había olvidado lo triste que Zoe ha parecido ultimamente. Cómo el día que me invitó a salir y le dije que no podía porque saldría con Zab, quién nunca llegó o tambien noches atrás, cuando la llamé para salir e inmediatamente me dijo que sí, porque se había peleado con él y quería salir de casa. Aún no recuerdo si en la fiesta
me dijo algo de ellos dos y sus motivos de discusiones. Lo olvidé todo, pero se que tienen una relación muy bonita desde el principio y han perseverado más de lo que pude imaginar, tanto que hace algunos meses viven juntos y vaya que para dar ese paso tienen que estar seguros.