Segunda parte de la Bilogía "Jamás"
Ha pasado casi un año después que Vila volvió a sentirse viva y plenamente feliz, después de que su vida cambió y dejó atrás el pasado que tanto la marcó, la atormentaba y hacia sus días un infierno, ahora tiene...
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—Zab ¿Qué mierda?, casi matas esos cabrones —protesta Calvin mientras camino por el pasillo, quitándome el chaleco antibalas y voy en dirección a mí oficina.
Acabábamos de llegar a la departamento de investigación después de un estúpido operativo en el que me tuve que involucrar para capturar un grupo de contrabandistas con quiénes habíamos intentado dar por meses, ya habían hecho suficiente y estaba cansado de escuchar de ellos, pero hoy que lo teníamos justo donde queríamos gracias a dos de nuestros hombres por poco y lo dejan escapar, primero había escuchado el sermón del comandante por haberle disparado a dos de ellos y ahora Calvin me bombardea sin saber el mar humor que me cargo desde que salí de la fundación.
—¿Qué te pasa? Desde que te llamaron al operativo sabía que querría matar a alguien. ¡Casi lo logras!
Podría reír de sus palabras, pero no justo ahora.
—Discutí con Vila —digo con coraje recordando lo que pasó hace horas cuando fui por ella y mientras salgo de mi camiseta mojada de sudor y me escabullo dentro de una limpia que encuentro en uno de mis cajones.
—¿Qué pasó? —pregunta ahora frunciendo el ceño y dejándose caer sobre la silla frente a mí escritorio y juro que mi cabeza está a punto de explotar.
—Pasa que con toda ésta mierda en mi cabeza no he podido siquiera enviarle unas putas flores a mi esposa, pero parece que un imbécil hace muy bien mi trabajo y ella se lo calla, ¿Cómo suena eso? —pregunto indignado y él alza sus cejas sorprendido. Sabe perfectamente a lo que me refiero cuando a la mierda en mi cabeza me refiero.
—Cómo lo haces sonar suena muy malo —dice Calvin —Pero estoy seguro todo tiene una explicación y también estoy convencido por como estás que no dejaste que te explique.
¿Qué?
Bufo.
—Estoy enojado Calvin, estoy enojado con ella, solo quiero cuidarla, a veces quiera meterla en una burbuja de cristal para que nada la lastime, pero es tan terca desde que la conocí es tan terca —respiro, pero con solo recordar esa chica diciéndole a Vila de esas flores y no puedo evitar que mi sangre se caliente nuevamente.
Oh, Vila. Por Dios.
—¿Entonces dejaste que te explique? ¿Dejaste que te dijera quien le está enviando flores y por que razón? porque no veo a Vila como alguien que se interese por alguien más que tú desde que la conocí.
Ese es un golpe bajo. Nunca he tenido que lidiar con nadie. Nunca he tenido la desdicha o motivos para estos celos absurdos porque ella siempre me ha elegido a mí, desde el momento que puse mis ojos sobre ella y con solo pensar eso mis hombros de relajan y lo único que quiero es verla. Necesitamos hablar de tantas cosas, primero disculparme por todo y luego tengo que decirle todo lo que está pasando, merece una explicación, sé que merece saberlo, me conoce y ella lo ha notado. Me lo demostró en el momento que se iba a la fundación. Me lo demuestra cuando me mira y me interroga con sus ojos lleno de preocupación. Tengo que ser sincero, aún cuando me cueste mucho.
