10-Ángel guardián

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Los matones habían entendido aquello y salieron felices de aquel lugar, yo solo me limitaba a oír lo que ocurría, a pesar de haber quedado con esa persona, no confiaba para nada en él todavía y tenía miedo de que me pudiera hacer algo, después sentí como unos leves pasos de él se dirigían hacia mí y me sacó la venda de los ojos de forma brusca, las luces estaban encendidas y logré ver sus ojos con claridad, desde ese momento los había encontrado hermosos.

—Si prometes no ser ruidoso te desataré, intenta escapar o hacer algo innecesario y te mato aquí mismo...

Al decirme eso con una grave voz, solo asentí con mi cabeza sin decir nada, pareciera que realmente lo haría si no le obedecía, finalmente me desató por completo, ya estaba libre de cuerdas.

—¿Te sabes el número de tus padres?

Me preguntó un poco hincado a mi altura mirándome a la cara, parte de su cara desde su nariz hacia abajo seguía tapada con aquella bufanda.

—Si señor.

Le respondí tímidamente, luego de eso sacó su celular y marcó el número que yo le había dictado, en ese momento cuando logró comunicarse con mis padres, en vez de pedir dinero por mi rescate, dio las coordenadas de donde me encontraba el tiempo que debían demorar en venir y quien era el verdadero jefe detrás de aquel secuestro. En ese momento jamás supe porqué motivo el estaba traicionando a su banda, fui inocente y pensaba que lo hacía por mí de forma irónica.
Después de aquella llamada, habían pasado unas 3 horas más o menos, en ese lugar cerrado había un montón de cajas apiladas en distintas partes y aquel chico me dijo que me escondiera en una de ellas y que no saliera hasta que mis padres me llamaran.
Cuando los demás habían llegado alegres por como la habían pasado, vieron a ese joven solo sin mí al lado y pareciera que se alteraron de forma inmediata.

—Oye, dijiste que cuidarías al mocoso, ¿Dónde diablos está?

Preguntó uno de ellos, yo tenía miedo de que su plan fuera a salir mal y termináramos mal ambos.

—Lo dejé dentro de las cajas de allá, era muy ruidoso y se quedó callado cuando lo dejé ahí.

Decía de forma segura, en verdad era bueno engañando, no hablaba con ningún titubeo y los demás parecían haberse creído el cuento, no alcanzaron a pasar ni 10 minutos cuando se escuchó a la policía esperar fuera del almacén, todos comenzaron a alterarse.

—¡¡Maldito traidor!!

Luego de oír aquel grito de parte de uno de ellos, escuché un fuerte balazo, eso me hizo temblar de miedo mientras solo me abrazaba a mí mismo tratando de no salir como había dicho él, después de esa balacera hubieron varias más, la policía había entrado y al parecer hubo un enfrentamiento entre ellos, entre esos ruidos, escuché las voces de mis padres llamándome con desesperación, en ese momento yo salí de la caja y miré en dirección a la puerta donde ellos se encontraban, corrí hacia ellos dejándome caer en sus brazos al mismo tiempo en que lloraba de forma desesperada, todo ese tiempo me estuve reprimiendo de aquello.
Finalmente luego que las cosas se calmaran, toda la banda que me secuestró fue arrestada y se fueron dentro de la patrulla de la policía, pero hubo algo que encontré extraño, el chico que me ayudó no estaba entre ellos y cuando pregunté a la policía dijeron que no encontraron a nadie con la descripción que yo les había dado.

—Mamá, entre esos tipos, la persona que me salvó era uno de ellos, pero desapareció, ¿Crees que podamos saber de él?

Le pregunté más calmado mientras iba al lado de ella bien apegado en la parte de atrás con mi padre a mi izquierda.

—No lo sé, pero sea quien sea seguramente fue un ángel, tu ángel guardián cuidándote.

Me dijo mamá con una sonrisa, yo cerré mis ojos y me dormí en su regazo pensando en ello, ahora que recuerdo, me había tomado enserio las palabras que mamá me había dicho en aquel entonces, pasaron muchos años hasta el día de hoy, pero sus ojos nunca fueron sacados de mi cabeza y ahora que lo había vuelto a encontrar resultaba que no deseaba verme ni en lo más mínimo, pero admito que me había alegrado un poco que él me recordara.
Esa misma noche me había quedado pensando en ello, trataba de quitármelo de la cabeza y quería pensar en otra cosa para poder dormir, después de un rato, un sms había llegado a mi celular, cuando abrí el mensaje era de parte de John, quería que nos conectáramos en skype para poder hablar sobre el día de mañana.
No tenía ánimos para eso, pero tampoco quería arruinar el día de ellos por lo que fui al baño a refrescar un poco mi cara y luego de eso me senté frente al ordenador para encenderlo y hablar con ellos, después de un corto lapso de inicio, abrí skype y nos conectamos los tres.

—Hola de nuevo, estuve pensando que podríamos ir a la playa de Newquay, mi familia tiene una casa de campo en ese lugar y la vista es asombrosa, ¿Qué dicen?

Decía John con una amplia sonrisa en la cara, fue buena idea lavarme la cara o mi mal humor los habría puesto mal a ellos.

—Me parece un excelente lugar, también tengo una casa en esa zona, aunque la casa de John es mucho mejor.

Decía Sam entre risas, detrás de él se apreciaba su cama la cual estaba toda arrugada por alguna razón, se notaba que aún no se había acostado y me pareció raro, aunque ignoré aquello.

—Entonces decidido, mañana nos vamos a Newquay a pasar el fin de semana hasta el domingo en la tarde, luego de eso volvemos para evitar faltar a clases.

Agregué con una sonrisa, después de ello nos quedamos charlando un buen rato hasta que eran las 11 de la noche, luego de eso nos despedimos para irnos a dormir, apagué mi ordenador y di un suspiro dejando caer mi cuerpo sobre mi cama, solo esperaba a que el viaje de mañana me subiera al menos un poco el devastador ánimo que tenía en este mismo momento.

(Buenas noches mi gente querida, espero les haya gustado el capitulo de hoy, que pasen una hermosa noche, nos vemos :3)

Voluntad contra el Destino (OMEGAVERSE +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora