CAPÍTULO 25

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Por varios días miraba la ventada de mi casa, tal vez inconscientemente esperaba a Bogum con una bolsa de Subway en las manos. Como siempre.

Jimin estaba feliz, encantado con esa noticia. Mi amigo ya no estaba en el país y eso le encantaba, ya no habría nadie con quién hablase, para mí sólo estaba él y algunas veces Yoora.

Faltaba dos semanas para el campamento anual y solo días para la fiesta de Yoora. Y todo se me había juntado, para variar no miré a Jimin el miércoles y tampoco el jueves. Lo extrañaba, y hasta pensaba en ir a su departamento pero al final no me decidía.

Mamá se había ido de viaje con mi abuelo y gracias a mis clases no me obligó a ir con ellos, el abuelo me había enviado un sobre con una tarjeta libre para cualquier compra. Él decía que no debía escatimar en gastos y que lo que yo necesitaba lo tendría, al principio me negué pero después por la necesidad empecé a utilizarla, especialmente para pagar todo el crédito que me consumía al llamar a BoGum.

Decidí solo irme a casa, necesitaba aire fresco. Mi plan era irme caminando y tomarme la hora entera de trayecto, ya tampoco usaba el celular inservible que tenía, prácticamente no tenía comunicación, es más, ya ni lo traía a la escuela, prefería mil veces dejarlo en casa antes que se malogre por completo.

Pasé por la calle donde estaba la biblioteca donde antes me encontraba con Jimin, ya ni siquiera entraba a ese lugar. Extrañaba esos días donde era una completa tonta enamorada de Jimin, esos días donde no tenía la mínima intención de tener algo con él.
Me sobresalté cuando lo vi fuera de auto, no muy lejos de mi, estaba muy cerca a un callejón donde pocas personas pasaban, me quedé inmóvil por un largo tiempo, observándolo. Incrédula, Jimin tiene un cigarro en los labios, su piel pálida resalta con el saco azul marino que lleva y sus ojos se entornan levemente cuando me observa desde lejos.

Una electricidad recorrió cada rincón de mi cuerpo al ver como botaba el último humo de ese cigarro y al mismo tiempo tiraba la colilla del cigarro al suelo. Levantó su perfecta barbilla dejándome ver su apetecible manzana de Adán, el humo del cigarro se dispersó con el aire. Eso me hizo tragar saliva, lo entrañaba, ¿por qué me sentía así?, yo no podía explicarlo, él se había convertido en todo para mi.

Lo quiero, lo deseo.

Corrí hacia él, no me importó llevar una falda pequeña que se levantaba con el viento o que simplemente la gente vea a un hombre con traje y una chica con uniforme escolar más que abrazados. En ese momento mi mente sólo repetía su nombre, me lancé sobre el, envolví su cuello con mis brazos y le di un beso en los labios, cerré mis ojos cuando él cogió mi cintura con firmeza, siguió mi juego y me beso.

Pude sentir ese olor y sabor del cigarro, es tan embriagante e insaciable a la vez, fumar no es lo mío pero como me encanta ese sabor en los labios de Jimin.

La punta de su lengua se juntaba con la mía haciendo que haga puños con mis manos, los dos perdíamos la respiración conforme pasaban los segundos.

- Te extrañé - Dije sin soltarme de su cuello, muy cerca a sus labios.

- También necesitaba verte- Jimin sonrío acariciando mi rostro.

- Jimin.. - Chasqueé la lengua. - Llévame contigo. - Dicho eso volví a besarlo.

Claro que lo necesitaba, cielos, moría por experimentar cosas nuevas y se lo dije de una manera muy sutil pero que él supo entenderlo a la perfección.

Me senté en el asiento del copiloto y cada luz roja que el auto se detenía Jimin aprovechaba en acariciar mis piernas. Por mi parte, ya no me molestaba que mi falda se subiese dejando ver gran parte de mis piernas. Cuando estabamos muy cerca a su departamento Jimin no solo acarició mis piernas, sus manos subieron mucho más llegando a mi entrepierna, muy cerca a mi feminidad. Me aferré al asiento y él sonrió después, satisfecho por mi reacción, sus manos son tan suaves y yo tan sensible.

Al llegar a su departamento fue toda una pelea por controlar nuestras hormonas, mucho más dentro del ascensor. Cuando abrió la puerta la cerró al instante, tan rápido como pudo me levantó de ambas piernas, ni pude quitarme los zapatos y ya estábamos en la estancia.

Tan sensible al tacto, mi cuerpo ardía.

Aún a merced de sus brazos le hablé al oído. - Jimin, hazlo. - Volví a sus labios y él me bajó para poder quitarme la blusa, sus ojos paseaban por toda mi piel mientras sus manos apretaban mis senos. Me giró para que mi trasero hiciera fricción con la parte dura dentro de su pantalón, con una de sus manos apretaba mi cadera para estar más cerca de mi y con la otra desabrochaba mi sostén. Mi cabello estaba a un lado dejando libre mi cuello y espalda, Jimin no le bastó eso, mientras se frotaba conmigo besaba mi cuello descubierto y mis jadeos eran fuertes debido a lo duro que estaba.

Cuando al fin se libró de mi sostén empezó a amasar mis senos, mis pezones estaban muy erguidos y los vellos de mi piel completamente erizados. Jimin volvió a girarme e hizo que me sentara en el sillón, él se arrodilló y me quitó los zapatos para después tocar mi feminidad por encima de mi ropa interior.

- Amo verte con esta falda. - Cerré mis ojos después de que él pasara la lengua por sus labios observando mi pantaleta, me estaba volviendo loca y no hice más que estirar el cuello llevando todo el peso de mi cabeza hacia atrás. Cielos, mi cuerpo pide gritos sus roces, había una fiebre en mi interior que no se conformaba con nada.

Bajó poco a poco mi pantaleta besando cada parte descubierta. Enarqué mi espalda y gemí - Ah.. enséñame lo que sabes por favor... Jimin. -


***

Sábado por la noche. Y mi madre no llegaba de viaje.

No había comido casi nada en tres días. Más que el sexo con JiMin.

Me arreglaba para ir a la fiesta de Yoora.

JiMin no lo sabía.

TaeHyung me envió muchos mensajes preguntando si asistiría a la dichosa fiesta.

De esos mensajes no respondí ninguno.










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Teach Me   ↠ Park JiMin ↞ BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora