Teach Me ↠ Park JiMin ↞ BTS

CAPÍTULO 49

- YoonGi, ¿sabes que te quiero verdad? -

Sonrió de lado. - ¿Y si mejor guardas silencio? -

- Somos amigos después de todo. - Bebí algo de café fijándome en sus gestos.

- Hyo sabes que es lo malo en todo esto. - Soltó de nada.

Ladeé la cabeza prestándole más atención - No lo sé. -

- No poder tocarte como antes. - Dijo aquello arqueando las cejas. - Pero me conformo con ser tu amigo. Pensé que no aguantaría pero ya paso casi medio año y sigo vivo. - Me vio unos segundos, él estaba completamente serio al igual que yo, pero terminamos riéndonos de lo último que había dicho.

Los seis meses después de la muerte de mamá, me mantuve estable por los cuidados de JiMin y YoonGi. A decir verdad, ellos eran una distracción, me hacían pensar en cosas buenas y mantenían mi mente mucho mas abierta.

Las cosas me iban bien, vivía sola y ya estaba un mes en la universidad de Seul, mi relación con JiMin estaba intacta y de la misma manera mi amistad con YoonGi también se mantenía bien a pesar de ese pequeño problema.

Pese a la insistencias de JiMin, no acepté irme a vivir con él. Alquilé un departamento no muy lejos de la universidad y llevaba viviendo ahí por tres meses, me gustaba mucho estar ahí pues era un lugar acogedor, silencioso y sobre todo lejos de la gente.

Los primeros meses después de la muerte de mamá, JiMin y yo apenas nos mirabamos una vez a la semana. En aquel tiempo ni yo misma me daba cuenta del grave error que estaba cometiendo. Una que otra llamada o algunos mensajes me bastaban para saber como estaba y descuidé la relación alrededor de tres meses.

Esa fue una razón más por la cual rechacé su invitación de vivir con él.

➿

- Te ves cansado. - Me acerqué a besar su mejilla.

- ¿Tú crees? - JiMin respondió ordenando sus cabellos. Yo sólo asentí. La semana iba bien pero ese día que llego a mi departamento parecía agitado. Incluso juré que lo miraba nervioso. - Pequeña estoy bien, es sólo el trabajo. -

Ahora él se acercó a mi, y como si fuera un hábito me dio un beso en la frente. Su mano se apoyó en mi rostro trastabillé debido a su frialdad. Él estaba helado.

- Estas helado. - Le hablé levantando la mirada.

- ¿Cómo te fue en la universidad? - Evadió mi pregunta.

- JiMin - Tomé su mano y lo miré fijamente a los ojos. Él no quería verme. - ¿Seguro que estas bien? ¿Paso algo? -

Sus fanales fríos se fijaron en los míos. - Que no HyoRim. Estoy bien ya deja de insistir. -

HyoRim. Hacía mucho tiempo que no me llamaba así.

¿El JiMin antiguo había vuelto?

No era posible, él no quería gritarme ¿o si?. Me planteo miles de preguntas y respuestas en segundos. Todas llegan a una conclusión.

Seguro es el estrés del trabajo.

Sonrío para romper el hielo.

Nada de que preocuparse. JiMin te ama, JiMin no te hará daño. Él me lo había jurado miles de veces.

Retrocedi solo un paso y trate de sonreír otra vez . - Bien, sólo quería asegurarme que estabas bien ¿si? -  Giro para rodear la mesa y me acerco a la cocina para servirme un poco de agua. JiMin sólo se mantiene en silencio, me sigue con la mirada pero sus pies se mantienen intactos en el mismo lugar. - Sabes, en la universidad me va muy bien, me sorprende la cantidad de alumnos extranjeros. -

Inútilmente intento cambiar de tema dándole un giro a la conversación.

- Lo siento. - Lo veo fijamente después de eso. - No quise levantar la voz, sabes que estoy cansado del trabajo. -

- Hm.. te entiendo JiMin. - Sonrío para él. - ¿Por qué no pides vacaciones?, estoy segura que tu padre entenderá, puedes dejar a alguien a cargo, al menos por dos semanas. -

- Lo pensaré pequeña. - Esta vez se movilizó y a zancadas largas se acomodó a mi lado. - Hablaré con mi padre de eso, así podré pasar más tiempo contigo. - Se fue acercando hasta que capturó por completo mis labios.

Sus manos acorralaron mis caderas y sus labios bajaron hasta mi cuello para luego volver a mis labios.

Mientras mis manos envolvían su cuello y así mismo revolvían sus cabellos él hizo lo mismo con mi cintura.

Sus manos acariciaron mi espalda y empezó a darme cortos besos, inspeccionando mis fanales.

- Eres preciosa. -

Sonreí. - Hace mucho no me dices eso. -

- Lo digo para que no lo olvides. - Me dio otro beso. - Júrame algo. -  Dijo vacilante.

Con otra sonrisa en los labios, me burle de él. - JiMin, ¿qué cosas dices amor? -

- Prométeme que lo harás. - No iba a negar que eso ya me estaba asustando.

- ¿En serio? - Vacilé. - Bueno, supongo que puedo prometerte algo ¿verdad?. - Acaricié su suave rostro. - Vamos, ya dime que es eso tan misterioso. -

El temor desapreció al instante después de verlo sonreír. Los dedos de sus manos seguían haciendo movimientos círculares en mi espalda, sus cortos besos en cada rincón de mi rostro y su cuerpo cerca al mío me daba confianza. No era nada grave, yo estaba segura.

- Prométeme y esta vez para siempre, que cualquier cosa que pase más adelante no soltarás mi mano. -

Me reí. Porque sabía que eso nunca pasaría.

Amaba a JiMin. Más que a mi misma. Más que a YoonGi.

Lo amaba tanto que oculté mi amistad con YoonGi por seis largos meses.