CAPÍTULO 40

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Si bien es cierto que Ross se veía destrozada, incluso, pude pensar que ella estaba peor que yo, más rota, más dolida. Lo peor de todo eso era que ese sentimiento de impotencia y tristeza que tal vez alguna vez yo sentí a ella en ese momento le importó poco a nada. Era fuerte.

Ross siempre fue fuerte.

Ross desesperada y gritando habló otra vez - Ella está aquí. - Quedé estática. - HyoRim está aquí idiota.. -

JiMin por su parte no le creyó e intentó reír con la poca gracia que aún le quedaba. Él sabía muy bien que su actual ex-novia no era para jugar, ni era de las chicas que se quedaban con los brazos cruzados después de un desplante. Su rostro de inocente demostraba lo contrario.

- Vamos.. Ross.. es tiempo de irme, tiempo de que vuelvas y hagas una vida. - Dijo con una voz suplicante. Y yo no podía creer cómo es que JiMin sufría tanto por ella.

Ella bufó incrédula - Ella está allá, tu querida niña está viéndote ahora mismo. -

- Basta. - Él no le creía.

Una parte de mi me decía que debía salir y por otra parte que debía ocultarme pues tenía tantos sentimientos encontrados y no sabía que hacer en ese preciso momento.

Ella caminó acercándose a la puera con un paso acelerado, al igual que su pecho subía y bajaba por la impotencia que hasta yo sentía ahi mismo, todo eso le daba un semblante perdido, la hacía ver tan herida, como si no estuviese en todos sus sentidos.

- Ross... - JiMin suplicó otra vez.

- Ella.. - La palabra de Ross quedó en sus labios mientras su mano se aproximaba a la manija de la puerta, pero fui más rápida y antes de que ella tocase la madera, abrí esta misma despacio, a la misma vez con algo de miedo.

Y lo primero que vi fueron sus ojos.

Esos ojos que muchas veces me regalaban tanta serenidad.

Fruncí tanto mis labios cuando lo vi, mis ojos se aguaron y sin querer mi rostro dibujaba un puchero. Porque quería o no, él era mi primer hombre, mi primer amor, el primero en todo sentido. Y tal vez le había puesto tanta esperanza, tanta confianza que terminó doliendo más de lo debido.

Lloré.

Empecé a llorar de una manera muy silenciosa, pues de mi boca no salía ni una palabra, sólo mis lágrimas escurrían. Y eso dolía aún más.

- ¿Qué haces aquí? - JiMin me habló desde unos metros, él también estaba sorprendido de verme ahí. Mas no respondí a esa pregunta desconcertada y fría.

- Yo la invité. - Ross secó las pocas lágrimas que quedaban en su rostro. - ¿Es ella a quien quieres tanto? - Golpeó mi hombro. - ¿Ella? ¿esta niña? - Retrocedí un paso por el pequeño golpe y jadeé casi al instante.

- Respóndeme.. - El pelinegro ignoró a Ross y se centró en mi, pues me veía como un ciervo herido en medio de los dos.

- Dile la verdad.. vamos.. dile que todo este tiempo la engañamos. - Su voz empezaba a sonar nuevamente rota. - O mejor dicho.. dile que nos mentiste a ambas, ¡díselo JiMin! - Lo observé con cierta decepción y no hice mas que limpiar mi rostro y avanzar unos pasos para escapar del lugar. Como siempre. Como muchas veces antes lo había hecho.

Pero ella me detuvo. Y JiMin tenía una mirada indecisa cuando Ross apretó mi brazo haciéndome retroceder bruscamente. Pude darme cuenta en ese instante que le dolía vernos tan mal por su culpa, que aunque él se lo negara y le negara a la pelirroja su amor. Él la amaba.

Pero él también me amaba a mi.

Y he aquí el dilema en el corazón del hombre que prácticamente tenía a merced el corazón de ambas chicas frente a él.

Teach Me   ↠ Park JiMin ↞ BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora