CAPÍTULO 48

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Dos días sin comer.

Dos días sin prestar atención a nadie.

Dos días sin coger el celular.

Dos días sin ver la luz del día.

Me bañé aquella mañana, opté por la agua helada, opté por sufrir de hipotermia aunque eso era inútil. Al menos en ese momento era una salida.

Recogi mi cabello humedo, me puse un vestido negro y unas zapatillas negras acorde a la ocasión. Antes de abrir la puerta principal de la casa me puse unos grandes lentes de sol, ocultando mi grandes y alicaídos ojos. No lloraría más.

Me quedé en silencio en el asiento trasero del auto de YoonGi. Todo mi peso ganado nuevamente lo había perdido, mis huesos y mis delgados brazos se veían sensibles, mis pasos eran pausados por momentos y hasta respirar dolía.

- ¿Estas bien? - Preguntó YoonGi quien los últimos dos días hacia hasta lo imposible por verme y hablarme.

- Sólo llévame YoonGi y.. guarda silencio por favor. - Miré como presionó sus labios ante mi negatividad y agresividad ante él. Ya nada me dolía, incluso hablarle mal a YoonGi ya no dolía. Aunque no lo merecía, él era un angel, no merecía tener cerca a alguien como yo.

Al llegar al cementerio vi mucha gente, gente que no conocía en absoluto y que nunca había visto en mi vida. Era extraño tener que lidiar con eso cuando mi madre estaba en un ataúd en medio de tanta gente. El abuelo, el único a quien yo conocía estaba sentado en primera fila, unos lentes ocultaban su malestar y un terno negro mostraba el respeto por mi madre.

Me senté en una de la sillas delanteras y me mentuve en silencio mientras hacían la oración hasta que varios minutos después mi abuelo tocó mi brazo animándome a que me levantase. Todos los presentes me miraban de pie a cabeza, con tanta tristeza, con tanta compasión que llegó a ser incómodo. Me quité los lentes poco después de levantarme, mis ojos hinchados y con claro cansancio conmocionó a todos, quedé de pie muy cerca a mi madre y empecé a hablar.

No derramé ni una lágrima en frente de los demás, YoonGi desde lejos me miraba con tristeza. Eso es lo que más me incomodaba, que él me mirase con pena como si yo me hubiese muerto en realidad.

¿Cómo era posible? En pocos segundos mi vida había dado un giro de 360 grados y mi vida estaba hecha pedazos.

Al llegar a casa ingresé a la ducha, otra vez. Mi cabello se humedeció con el agua fría estremeciéndome por completo. Sentí como mi cuerpo se debilitaba y sin querer llegué a la conclusión de que ese era un buen lugar para soltar mis sentimientos. Romper en llanto hasta arrodillarme sobre las baldosas. No podía más.

Cuando YoonGi me trajo a casa ofreció quedarse conmigo, y ante mi negativa no objetó mucho. - Vuelve a casa y descansa YoonGi, creo que yo también hare lo mismo. Estaré bien. - Ante mis palabras el asintió con la cabeza con clara resignación.

Cuando me acosté en mi cama vi mi celular encenderse varias veces. No tenía curiosidad de nada, no quería hablar con nadie, pero desde el accidente de mama ni siquiera me había fijado en los mensajes ni en las llamadas, y ante la insistencia de las notificaciones decidí atender.

Más de 60 mensajes.

30 llamadas perdidas.

Todas de él.

Solté un gran suspiro después de ver todas esas notificaciones, mas no leí ningún mensaje. Pues en ese corto tiempo me había olvidado por completo de JiMin.

El móvil empezó a vibrar en mis manos, mostrando su nombre. Quería escucharlo, pero lamentablemente esperaba más un reclamo que un consuelo.

Teach Me   ↠ Park JiMin ↞ BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora