CAPÍTULO 32

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Recuerdo estar en el aeropuerto ya muy tarde, con un boleto de avión en las manos. El hombre de traje me tendió un sándwich amablemente, su nombre era Jae, escuché al otro hombre llamarlo de esa manera y por eso lo supe. No le acepté, estaba en una especie de trance viendo el vacío, en mi mente quedó grabado el rostro desencajado de JiMin.

¿Por qué?

Me preguntaba en aquel entonces.

¿Por qué dejarme con esos hombres? ¿Por qué ceder al escuchar el nombre de mi abuelo?

No voy a negar que lloré en el auto y también en el avión, joder, me sentía tan impotente, sin fuerza, a punto de desmayarme o simplemente morir. Así me sentía. Lo necesitaba, lo odiaba, no lo entendía.

Llegué al frío Seúl y me subí a una camioneta junto con los dos hombres. El hombre llamado Jae era más atento conmigo, con mi ropa, la comida y hasta preguntaba si me sentía buen pues en el avión no hice mas que coger mis rodillas y llorar. Fui estúpida e ingenua.

El chofer de la camioneta manejó por casi hora y media hasta que llegamos a una especie de jardín gigante, pasamos unas rejas que resguardaban una casa enorme. Ese tramo enorme de piedras pequeñas hizo que mi cabeza doliese, no tardó en llover.

Lo recordé despues, apenas pisé las piedras pequeñas.

Mamá y yo, su maleta llena.. las dos habíamos caminado por ahí cuando ella tomó la decisión de irse. Claro, esa era la casa de los abuelos, no lo podía recordar con claridad pero ese momento exacto cuando mi madre tomaba mi mano llevándome hacia la salida quedó impregnado en mi.

Entramos a la casa y una señora con su traje de limpieza nos atendió.

- Señorita HyoRim. - Habló viéndome de píes a cabeza, como si me conociera de toda la vida.

No respondo nada y asiento levemente con la cabeza. Volteo a ver a Jae, el hombre de traje que está detrás de mi. Curiosa por lo que debo de hacer.

- Has crecido tanto. - Vuelve a hablar la señora.

- Que.. - Niego con la cabeza. - ¿Qué hago aquí? -

- Señora Min no es momento para esto. ¿El señor Kang se encuentra en su estudio? - Jae la interrumpió.

- Oh claro, a él le encantará verte HyoRim. - La señora me empujó levemente por la espalda. - Por aquí. -

Me guió hasta uno de los portones de madera, el mas grande de todos. Dio unos toques con su mano antes de abrir la puerta y decirme que ingrese, ella era tan amable, me miraba como si fuese una perla, como si yo fuese muy importante para ella. Yo, al contrario me mantuve neutral estudiando a la señora Min, su piel era pálida como la mía, inspiraba confianza pero no debía cegarme solo por las apariencias. Realmente no la conocía, no debía tener dudas pero tampoco debía estar muy segura de ella.

Entré al estudio donde vi los muebles del abuelo, una mesa pequeña central y al fondo un escritorio gigante con una silla aparentemente cómoda.

- HyoRim. - Dijo sorprendido de verme, pude sentir su emoción.

- Abuelo.. - Hacia muchos días que no sabía de él, no quería compartir nada pero no había alguna manera para alejarme del abuelo y más aún porque mamá siempre estaba con él.

- Hija.. siéntate. -

- Abuelo.. ¿por qué..? -  Me senté frente a él. - ¿Por qué hizo que volviera?  Yo.. -

- Lo entenderás mas adelante. - Me vio. - Quiero protegerte mi niña, tu eres tan frágil, no puedo dejar que te lastimen. -

- Nadie me lastima abuelo. -

- Eso crees ahora. - Negué con la cabeza.

Pero cuánta razón tenía.

- Es mi viaje abuelo.. mis amigos, todos están allá. - Respiré hondo, mi sangre estaba hirviendo, yo no merecía eso. - Con qué derecho haces esto abuelo.. nunca viste por mi. Nunca. -

Empecé a llorar por lo débil que estaba, recordé el rostro de JiMin, recordé como dejó que me vaya, recordé todo lo que hice con él. Sali del estudio en dirección a un lugar que yo tampoco sabía, abrí dos puertas grandes que me llevaron a un jardín, había una mesa circular mediana en medio de las plantas, una sombrilla y cuatro sillas.
A unos cuantos metros un columpio colgado de un resistente tronco de árbol, limpié mis lagrimas y me acerqué a ese lugar, no me senté en el estupido columpio pues este se balanceaba como si alguien hubiese pasado por él hace poro, miré el pasto a lado del árbol y me senté ahí, juntando mis rodillas con mi pecho. Me dolía el corazón, me dolía estar sola en momentos así, JiMin se había convertido en una necesidad y vaya que eso me estaba carcomiendo por dentro.

- Por qué mejor no subes y te distraes, odio ver a las personas llorar. -

Levanté la cabeza y observé a aquel chico rubio con ojos pequeños.

No respondí pero él se quedo quieto frente a mi esperando respuesta. Lo observé de nuevo y el rubio entornó las cejas como si esperara que saliera algo de mi boca.

- No estoy llorando. - Lo miré con cierta apatía. - No me importa quien seas ¿vale? déjame sola. -

- Claro pequeñita, por eso tienes los ojos rojos y esa narizota llena de mocos. -

- ¿Qué? - Fruncí el ceño viendo como era tan grosero conmigo. - No me llames así. -

- ¿Pequeñita? o que tienes la nariz con mocos. -

Que me diga pequeña me recordaba a JiMin, y odiaba que esa palabra salga de él. Lo odié apenas lo vi, su rostro sin expresión, sus ojos vacios y una piel mejor que la mía. Por eso lo odié.

- Jódete. -

- ¿Vas a llorar?.. ¿otra vez? —

Lo vi molesta, incluso dejé de llorar por lo idiota que llegaba a ser este tipo. Si, iba a responderle con más barbaridades y supuse que los dos terminaríamos mandándonos a la misma mierda si seguíamos conversando así que me levanté y quise irme pero la señora Min no estaba muy lejos.

- Oh, ¿ya estan juntos? - Juntó sus manos como una madre orgullosa. - HyoRim cariño, me alegra verlos después de tanto tiempo. - Cielos, la señora Min era tan risueña que me enfermaba.

- Kim.. - El rubio habló apuntándome con el índice. Miró a la señora Min incrédulo y con el dedo aún apuntándome volvió a exclamar. - ¡¿Kim HyoRim?! -

Teach Me   ↠ Park JiMin ↞ BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora