Mis dedos van de un lado a otro en la computadora, me faltan diez líneas y termino con el capitulo veinte de mi relato. Dejó de escribir a la mitad para ir en busca de un vaso de agua, pero al pasar por la ventana escucho nuevamente el mismo ruido de la otra ves.
Aryeh tiene las cortinas abiertas y lo puedo ver tocando tranquilamente la guitarra, pero su padre toca fuertemente la puerta haciendo que se abra de un soplido, Aryeh guarda la guitarra debajo de la cama y se levanta para confrontar con su demonio.
Su padre lo arroja hacia la ventana y nuestra miradas se encuentran. Intento ver hacia otro lado, pero no puedo. Su padre lo lleva hacia la puerta y lo golpea fuertemente en la mandíbula, no puedo escuchar lo que dice pero no son buenas las palabras. Lo golpea dos veces y desaparece por la puerta.
Aryeh se queda quieto para luego apagar las luces y quedarse en las penumbras. El dragón se ha rendido bajo el demonio de su manada.
-¿necesitas algo?
Silencio
-¿Estas bien?
Silencio
-No puedes quedarte ahí dejando que la sangre te cubra.
-No necesito tu ayuda.
-De acuerdo.
Me dirijo a terminar mi relato y el dragón se desangra a unos metros de mi cuarto.
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Cenicienta después de las doce
Short StoryToda chica siempre ha querido ser una princesa, de esas que sus madres les leían antes de dormir, esa princesa salvada por los hermosos caballeros y que vivían felices para siempre. Pero para Cinder lo único que no quería era un príncipe, tan solo...