Ya es viernes y por consiguiente es el baile. Me levanto temprano porque mi hermosa abuela me dio una hora para la peluquería y ahora estoy sentada a la espera que me hagan un cambio, tan solo espero que no me hagan nada que me arrepienta luego.
-¿Que quieres hacerte?
-Quiero algo simple, pero que sea vea bonito desde lejos.
-Ya entiendo. Te haré algo romantico para que te resalte el vestido, pero a la vez resalte tu rostro porque lo por lo que veo tienes lindas pinceladas.
-Gracias.
-Bueno, manos a la obra.
Después de dos horas sentada y en una postura que jamas en mi vida he estado, ha terminado mi tortura. La peluquera me gira y me muestra el cambio. Es espectacular, me ha hecho una pequeña rosa con mi cabello y al final tiene unas pocas perlas esparcidas, parece una verdadera rosa.
-¿Te gusto?
-Me encanto y gracias.
-Espero que resulte todo en tu baile.
-También espero eso.
-Nos vemos para la próxima.
-Claro.
Me dirijo a mi casa y me sorprendo a ver Ana esperándome. Al verme me sonríe para luego levantar los pulgares.
-Te vez como toda una princesa.
-No empieces.
-Es verdad, pareces sacada de una película.
-Ya me imagino cual sera tu reacción al verme con vestido.
-Yo también.
-Ya vamos arreglarnos porque por lo que veo nos vamos a tardar toda la tarde.
-Obvio que si, somos mujeres y las mujeres se tardan.
Cierro los ojos para que Ana me maquille, le dije que no sea tan cargado, tan solo que sea suave y combine con mi vestido. Me coloca un poco de labial y termine con su obra de arte.
-Nunca en mi vida algo me ha quedado tan bien.
-No exageres.
-Mírate. -me dirijo a un espejo cercano y me sorprendo al ver que le ha quedo mejor de lo que imagine.
-Te quedo bien.
-Como que bien me quedo espectacular.
-Como digas.
Me dirijo a cambiarme la ropa y colocarme el vestido. Ana ya esta vestida y se ve hermosa, eligió un vestido de color morado con una mascara dorada que le hace ver como una chica mala y hará que su novio se vuelva loco al verla.
Subo delicadamente el vestido y después de acomodarme recuerdo que me falta los zapatos, me falta los mas importante. Pero de repente aparece mi abuela con una caja debajo, se dirige hacia con una sonrisa de abuela orgullosa y se sienta a mi costado.
-Sabia que te faltaba algo y por eso fui en busca de algo que se que te gustara. -me entrega una caja y al abrirlo me encuentro unos zapatos de color celeste casi transparente, pero no me sorprendo que me regalara esto. -Antes de que murieran tus padres, tu madre te dejo estos zapatos como regalos, pero dijo que te lo tenían que entregar cuando fuera tu primer baile y esta es la ocasión.
Los saco con delicadeza de la caja y lo observo como si fuera un tesoro para mi. A pesar que mis padres murieron hace años todavía me sorprendo al encontrarme con cosas asi y a veces los extraño demasiado, pero se que no cambiare nada por llorar, si que tan solo lo recuerdo como los mejores padres que pude tener.
-¿Vamos? -me pregunta Vanessa y yo asiento. Me coloco los zapatos y abrazo a mi abuela con todas mis fuerzas.
-Gracias.
-No me des las gracias y ahora anda divertirte princesa.
Me dice y luego me desaparezco por la puerta. Ahora tan solo tengo que divertirme como si no fuera Cinder una chica que va en busca de historias extraordinarias.
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Cenicienta después de las doce
Short StoryToda chica siempre ha querido ser una princesa, de esas que sus madres les leían antes de dormir, esa princesa salvada por los hermosos caballeros y que vivían felices para siempre. Pero para Cinder lo único que no quería era un príncipe, tan solo...