Salgo de mi jaula, pero Aryeh me empuja haciendo que me caiga con todo mi rostro en el suelo, intento levantarme, pero el se acerca a donde estoy y me toma por el mentón. Me observa con sus ojos de fuego y yo intento ver hacia el otro lado. Mi madre siempre me decia que jamas tienes que ver a tu enemigo a los ojos porque pueden saber todos tus secretos.
-Que me falta por hacer hoy. Veamos, ya te empuje como la basura que eres, todavía no te arrojo tu comida al suelo, me falta colocar tu ropa de gimnasia a los restos de basura, no te he colocado en los casilleros. Si que me falta demasiado, si que no te me escapes cenicienta que todavía no son las doce.
Me dice con repugnancia el dragón para despues desaparecer por el pasillo del reino. Como odio esto, como odio que Aryeh tenga poder sobre mi, porque no puede ser como en las películas que todo se solucionan en dos horas, porque no puede ser fácil como en las historias que escribo, porque no puede ser simplemente fácil.
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Cenicienta después de las doce
Proză scurtăToda chica siempre ha querido ser una princesa, de esas que sus madres les leían antes de dormir, esa princesa salvada por los hermosos caballeros y que vivían felices para siempre. Pero para Cinder lo único que no quería era un príncipe, tan solo...