Me observa sorprendida para luego retirarse de mi cuerpo. Esto no es lo que me esperaba, pero me conformo. Nos quedamos en silencio y ya se dirige hacia el pasillo. Yo me acomodo en la cama y cierro los ojos.
Escucho que esta moviendo unas cosas, si que abro los ojos y me encuentro que esta haciendo una pequeña cama en el suelo. Esta chica siempre me sorprende, cada cosa que ella hace es fuera de lo común, pero nadie se da cuenta de eso.
-¿Que haces?
-Me estoy haciendo una cama.
-Cenicienta no tienes porque dormir hay.
-Pero tu eres mi invitado.
-No soy tu invitado soy tu vecino, si que no hagas nadas y ven a dormir.
-¿Quieres que duerma contigo?
-Si quiero que duermas conmigo.
-El alcohol te hace ser mas sincero que antes.
-Eso es una ventaja, pero la desventaja es que mañana amaneceré con un dolor de cabeza horrible.
-Te lo mereces por beber.
-Calla y ven a dormir.
-Como tu digas.
Me dice caminando tímidamente hacia mi y yo intento no reír por su forma de caminar. Se recuesta en la cama lo mas alejada de mi haciendo que me sienta mal. Pero antes que se caiga de la cama, la tomo delicadamente de la cintura y la dejo lo mas alejada de la orilla.
-Eres tierna.
Le digo con una sonrisa al mirarla y ella me mira a los ojos para luego darme la espalda.
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Cenicienta después de las doce
Short StoryToda chica siempre ha querido ser una princesa, de esas que sus madres les leían antes de dormir, esa princesa salvada por los hermosos caballeros y que vivían felices para siempre. Pero para Cinder lo único que no quería era un príncipe, tan solo...