Cinder 7

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Al llegar todas las mirada se colocan en nuestras manos entrelazadas y por inercia las quito, pero Aryeh la toma nuevamente y se dirige conmigo hacia mi casillero. Intento no tomar demasiado atención a las miradas, pero por mas que veo hacia un punto fijo no puedo dejar sentir sus ojos puestos en mi.

-Tranquila.

Me dice Aryeh al llegar a mi casillero, intento respirar un poco y pensar en otra cosa.

-¿Lista?

-Si.

Le digo y nos dirigimos hacia nuestra primera clase, pero al pasar por un grupo de chicos uno de ellos dice un comentario haciendo que Aryeh se diriga hacia el furioso.

-¿Que dijiste?

-Tu no crees que se te esta pasando un poco la mano con respecto a ella. Antes la estabas haciendo la vida un infierno y ahora estas usando sus sentimiento, nunca te pensé tan bajo William.

-No hables de ella como si nada.

-Y lo peor es que ella te esta siguiendo el juego, parece un perro.

Aryeh no dice nada tan solo le pega justo en la nariz haciendo que le sangra, pero el no se queda quieto y le pega justo en el ojo, Aryeh le pega en el estomago y el en su labio, para luego tirarse en el suelo como animales y seguir peleando. Me acerco hacia Aryeh intento separarlo antes que vengan los profesores, lo separo nuevamente y al fin lo consigo.

-Vamos.

Le digo llevándolo a un lugar mas tranquilo y que mejor lugar que la biblioteca. Nos dirigiremos hacia el final de la estantería y nos sentamos uno al frente del otro. Aryeh no ha dicho nada en todo el camino, tan solo tiene la mirada baja, saco algunas cosas que tengo en mi bolso cuando me hago un rasguño y empiezo a curarle lentamente.

-Lo siento.

-¿Por que lo sientes?

-Por escuchar lo que el te dijo.

-No importa.

-Pero a mi si.

-Enserio, no me interesa lo que digan, me interesas tu.

-¿A pesar que digan pestes de ti?

-A pesar de todo.

-Ven.

Me dice y me acerco hacia el. Me abraza fuertemente, como si le temiera dejarme ir y yo intento darle la esperanza de que jamas me ire. Al separarnos el me coloca entre el pequeño hueco de sus piernas para hacerme cariño en el cabello.

-¿Me prometes algo?

-¿Que cosa?

-Que jamas te derrumbaras por nada en la vida, ¿Me lo prometes?

-Te lo prometo.

Le digo y el me da un pequeño beso en los labios haciendo que de repente tenga miedo de lo que va a ocurrir, como si sintiera que vendrá una catástrofe y que no puedo controlarlo, pero al verlo y como me sonríe hace que las dudas que tengo en estos momentos se disipen.

Cenicienta después de las doceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora